Cuando conducimos un automóvil solo hay dos cosas en las que debemos fijar nuestra vista: la carretera y el resto de vehículos en la vía – ¡nada más!
Así que todos los que miráis el teléfono mientras estáis al volante: dejad de hacerlo inmediatamente.
Porque no solo se expone uno a sí mismo, también pone en riesgo a los demás.
Por eso pienso que merece la pena compartir esta historia, que muestra cómo se debería tratar a las personas que no respetan a los demás en la carretera.
La historia fue publicada por un motorista llamado Mike y publicada en la página web Heartwarming. Espero que la consideréis tan buena como yo.
Todo comenzó cuando una mujer conducía, mientras usaba su teléfono móvil, algo que podría haber acabado muy mal. El protagonista de esta historia, Mike, se cayó con su moto por evitar un accidente incluso más grave.
Un policía llegó rápidamente al lugar y vio lo que había ocurrido.
Como lo había visto muchas veces antes, decidió darle a la conductora una gran lección.
Este es el relato de Mike:
”Yo estaba saliendo de una carretera, diluviaba, entonces una mujer, que circulaba en un gran coche, se metió en mi carril, delante de mí. Para evitar un gran choque, me tiré a un lado, en la carretera mojada, para precisamente evitar chocar con ella. Mientras lucho por levantar mi Harley Davidson de 300 kilos, veo el reflejo de la luz azul en mi moto.
Un policía se había salido de su ruta para preguntarme si estaba bien. Le dije que sí y se dirigió entonces hacia la mujer, que un momento antes hablaba por su teléfono móvil. El policía le pide a la mujer que pare, y tras eso se baja de su vehículo y me ayuda a levantar mi motocicleta.
El policía saca un chubasquero de su maletero y me lo da para que me lo ponga y no me moje, y me pide después que lo siga hacia donde está la mujer.
El policía le pidió a la mujer que se bajase del vehículo, la hizo quedarse bajo la lluvia un buen rato, hasta que estuvo bien bien empapada, por hacerme salirme de la carretera y caerme. Después le puso una multa de 300 dólares y le quitó 4 puntos de su carnet de conducir, y le hizo disculparse conmigo.
El policía me dejó, después, que me quedase con su chaqueta para que no me mojase de vuelta a casa. Resulta que él es un policía que suele ir en moto cuando trabaja, si no está lloviendo, así que era plenamente consciente de todo con lo que tienen que lidiar los motoristas en la carretera.
Mi respeto por la policía aumentó muuucho ese día.
