Vivimos unos tiempos en los que nuestros mayores no son tratados con el cariño y el respeto que se merecen. En muchas ocasiones incluso son olvidados. Y no sólo por los políticos y las autoridades, sino incluso por los familiares.
Por eso me alegró tanto leer historias como ésta, en la que personas dejan sus propias preocupaciones de lado para hacer todo lo que está en su mano por hacer que la vida de personas mayores tenga sentido. Y para logar eso lo único que hace falta es estar ahí y hacer compañía.
Esta es al historia de Lucy Ashen, de 39 años, y su vecina anciana. Una historia que todos deberían leer y sobre la que deberíamos reflexionar y compartir para concienciar sobre algo importantísimo: tenemos que dedicar tiempo a nuestros mayores.
Lucy Ashen es una madre de tres hijos que ha vivido durante 21 años en el mismo piso, en la capital de Reino Unido, Londres.
Conocía a su vecina, una señora mayor, solo de vista ya que la anciana se mostraba recelosa y desconfiaba de la gente. No dejaba a nadie entrar a su casa.
Lucy sabía que la anciana vivía sola, sin nadie que la cuidase, ella se imaginaba que la mujer necesitaba ayuda pero no se atrevía a pedirla.
Durante años Lucy trató de ganarse la confianza de la anciana, y un día, del pasado otoño, ya se habían familiarizado lo suficiente como para que la mujer dejase a Lucy entrar a su casa.
Pero no estaba preparada para lo que iba a encontrar allí.
«Lo que vi cuando por fin me dejó entrar nunca lo olvidaré. Era terrible», escribió Lucy Ashen en Facebook.
La mujer vivía en una miseria y suciedad que apenas se puede describir.
El mobiliario estaba ruinoso y con agujeros por todas partes.
El suelo y las paredes estaban cubiertas de suciedad.
Todas la ropa estaba sucia.
No había nada de comida y el frigorífico está sucísimo y casi vacío.
La mujer no se había duchado en 13 años y dormía en un viejo y sucio colchón en el suelo.
Así no debería vivir nadie, y Lucy supo inmediatamente que tenía que hacer algo.
Con ayuda de su hija de 14 años, Lucy se puso en marcha.
Tiraron todos los muebles, tardaron 60 horas en dejar el piso decente.
Después Lucy escribió la historia en Facebook e hizo una lista de lo que la mujer necesitaba.
«¡Ni en sueños me podría haber imaginado lo que iba a pasar después! ¡La respuesta ha sido abrumadora!», escribe Lucy en Facebook.
«La gente se ofreció a ayudar, donaron todo tipo de cosas, y en un día teníamos el 80 por ciento de la lista completa».
Gracias a la generosidad de la gente, han logrado algo precioso.
En muy poco tiempo la mujer tenía una cama, sábanas limpias, bonitos muebles, ropa nueva y la nevera llena.
Pero algo más importante aún, la anciana consiguió compañía.
«Ella ha sido de verdad rescatada de una vida solitaria, le han devuelto la dignidad, y ahora podrá vivir el resto de su vida rodeada de amor y en compañía», escribe Lucy en Facebook.
Esta historia es mucho más grande que Lucy y su vecina. Es un maravilloso ejemplo de humanidad en su máxima expresión, y un ejemplo de lo que puede hacer la gente cuando se une.
Comparte esta potente historia para mostrar a todos lo importante que es cuidar de nuestros mayores.