Niño autista interrumpe un espectáculo en Broadway – la carta que escribe la estrella se vuelve viral

A veces, puede ser una molestia para algunas personas cuando están en medio de algo y de repente son interrumpidos, esto los puede hacerse sentir distraídas.

Admítelo, si estás en el trabajo y de repente te sorprende un ruido o alguien irrumpe o habla en voz muy alta, no es inusual que te sientas un poco molesto o incluso algo frustrado por perder la concentración.

Cuando suceden tales cosas, simplemente hay que aceptar que la vida es así y que no todo el mundo tiene el mismo concepto por el nivel de ruido vs silencio o que no todos tienen el mismo respeto por el espacio de concentración del otro.

Kelvin Moon Loh es un actor que enfrentó una opción similar recientemente. Kelvin estaba en medio de una actuación de ‘The King and I’ en Broadway, cuando un niño autista de la multitud lo interrumpió gritando en medio del espectáculo.

No hace falta decir que algunos de los asistentes estaban bastante impresionados, sobre todo, por cómo Kelvin manejó la situación, y las consecuencias que llegaron a ser noticia…

Posted by Kelvin Moon Loh on Thursday, February 18, 2016

Cuando Kelvin fue interrumpido en medio de su actuación en Broadway, bien pudo haber estado en su derecho para reprender a la persona responsable de la perturbación. Pero en este caso, resultó ser un niño con autismo.

Por supuesto, para cualquier adulto razonable esto equivale a circunstancias atenuantes. Aun así, un número de la multitud se molestó por lo que había sucedido.

El incidente ocurrió durante una escena de azotes que generalmente evoca una fuerte reacción emocional. El niño autista en cuestión gritó fuertemente en la escena, y su madre tuvo que sacarlo del teatro. Teniendo en cuenta que algunos de los invitados habían pagado $ 6.000 para ver el espectáculo, quizá tengan cierto argumento para estar un poco molestos.

Kelvin quería comunicarse con esos espectadores , así que escribió una carta después de la representación y la publicó en sus redes sociales. Pensamos que resumió los hechos de una muy buena forma.

La carta de Kelvin:

«Estoy enojado y triste», escribió.

«Acabo de salir del escenario de la sesión matinal de hoy y sí, sucedió algo. Alguien llevó a su hijo autista al teatro.

Piensas que amonestaré a esa madre por traer a un niño que gritó durante un momento del espectáculo. Usted cree que voy a anunciar una audiencia que le gritó a esta madre por traer a su hijo al teatro. Piensas que sentiré compasión por mi propia compañía cuyas actuaciones se vieron perturbadas por un sonido extraño que venía del patio de butacas.

No. En lugar de eso, les pregunto: ¿cuándo nos hemos preocupado tanto por nuestra propia experiencia como artistas y miembros del público cómo para perder la compasión por los demás?

Para mí, el teatro siempre ha sido una forma de examinar y analizar la experiencia humana y presentarla a nosotros mismos. Hoy, algo muy real estaba sucediendo entre los asientos y, sí, interrumpió la fantasía que se suponía que iba a ser esta sesión matinal pero, en última instancia, el teatro está creado para unir a las personas, no solo para entretenernos, sino también para mejorar nuestras vidas cuando salimos por la puerta de nuevo.

Ocurrió que durante “la escena de azotes”, un momento bastante intenso en el segundo acto, se escuchó a un niño aullar en la audiencia. Sonaba como algo terrorífico. Una semana antes, durante la misma escena, una niña en la primera fila, al parecer no autista, gritó y lloró en voz alta y nadie dijo nada entonces. ¿Cómo puede ser que critiquemos a un niño por tener autismo sólo por acudir al teatro cuando una niña sin ninguna afección tiene la misma reacción?

La voz de este niño atravesó el teatro. Mientras la audiencia comenzó a reunirse contra la madre y su hijo para echarles de la sala. Escuché frases como «¿por qué llevarías a un niño así al teatro? No debería haberlo traído, está claro que puedo suponer un problema».

Pero lo que no visteis fue a una madre que intentaba desesperadamente calmar a su hijo. Mientras él no podía parar. Lo que no visteis fue a una madre que rogaba desesperadamente a su hijo que parara cuando él se aferraba a la barandilla rechazándola y gritando más por sentirse desafiado. No pude apartar la mirada. Quería gritar y detener la sesión y decir: «QUE PAREN TODO. ELLA ESTÁ TRATANDO DE CALMARLO. NO VEIS QUE ELLA LO ESTÁ INTENTANDO???!!!! Con mucho gusto volvería a repetir la función entera si fuese necesario o incluso reembolsar el precio de la entrada.

Esa madre es valiente, porque traer a su hijo al teatro es valiente. Tú no sabes cómo es su vida diaria. Tal vez, tienen días buenos en los que él puede quedarse quieto y no hacer mucho ruido, pero esto quizá es algo raro. Quizá ella ha elegido no vivir más con miedo y se niega a que su hijo se pierda ciertas experiencias. Tal vez ella al comprar su asiento eigió pasillo por si pasaba tal episodio. Pero ella pagó el mismo precio para ver el espectáculo que tu pagaste por tu familia. Su plan, era el mismo que el tuyo, pasar una tarde agradable en el teatro y disfrutarla pero poco a poco sus peores temores quizá se hicieron realidad.

Les dejo con esto: los espectáculos que tienen presentaciones especiales para audiencias autistas deben ser elogiados por sus esfuerzos por hacer que el teatro sea inclusivo para todas las audiencias. Creo, como Joseph Papp, que el teatro está creado para TODAS las personas. Apoyo esto y también, por una vez, estoy en un programa que es completamente FAMILY FRIENDLY. El Rey y yo en Broadway es solo eso, FAMILY FRIENDLY, y eso significa familias enteras, con discapacidades o no. No solo para audiencias especiales sino para todas las audiencias. Una noche en el teatro es especial, cualquier noche que vayas.

Y no, no me importa cuánto gastó en sus entradas».

El mundo actual

En el mundo actual de comodidad y lujo relativo y derecho sociales, es muy fácil olvidar los principios fundamentales de ser un buen ser humano. Claro, tener tu sesión de teatro interrumpida después de pagar mucho dinero no es lo ideal, ¡pero no es el fin del mundo! De hecho, está muy lejos de eso, no se debería condenar a un niño autista por reaccionar a una escena emocional, o condenar a su madre por esforzarse por darle una infancia normal. Eso es simplemente insensible e incorrecto.

Cuando hagas balance, piensa como te fue en el libro de tu vida. Mira hacia atrás en dicho libro, cuando estés viejo y gris y ya no estés saludable, ¿quiere pensar en cómo ha generado un escándalo por un niño con cierta discapacidad y que actúa fuera de lo común? ¿O preferirías mirar hacia atrás con comprensión y compasión?

Creemos que Kelvin es un verdadero héroe por escribir esta carta y abrir los ojos a mucha gente, y nos encantaría que se extendiese por todas partes para poder transmitir su mensaje lleno de humanidad a más rincones y aprender de sus lineas.

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