Durante varias décadas, un hombre llamado "Pops" fue uno de los mayores vendedores de droga de los Estados Unidos, hasta el punto de ganarse el apodo de "El Diablo".
Tenía tan solo 15 años cuando empezó a abusar de la heroína.
Finalmente su esposa se cansó de su comportamiento y le dio un ultimatum: debía elegir entre ella o las drogas.
Cayó en una espiral, estaba en manos del alcohol, la heroína y la morfina.
«Pops abandonó a su esposa de 12 años y a sus dos hijos y no se le volvió a ver en 30 años.
Cada noche pensaba en su familia y lloraba hasta caer dormido… Pero sabía que no podía exponerles a sus demonios.
En 2009 «Pops» descubrió un programa cristiano y algo en su interior cambió. Se dio cuenta de que necesitaba ayuda o de otro modo moriría.
Finalmente, encontró el Facebook de su nieta, y a través de ella contactó a su hija y a su hijo. Voló a verlos, sin saber qué le depararía ese encuentro.
Él quiso disculparse con ellos, pero su hijo le dijo: «Eso fue ayer, y ahora es hoy». Todos lloraron de emoción.
Verdaderamente, fue un gran y emotivo encuentro. Nunca es tarde para perdonar y recuperar el tiempo perdido.
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