Hace 15 años Yamile Jackson tuvo a su hijo Zachary.
Pero debido a complicaciones inesperadas el niño nació 3 meses antes de tiempo.
Zachary pesaba apenas un kilogramo y tuvo que pasar los siguientes 155 días en el hospital en el intensivo de neonatales.
Yamile tenía miedo, estaba inquieta y nerviosa, nunca dejaba a su hijo solo, excepto por la noche, odiaba no poder estar cerca de su hijo de noche y pensaba en qué podría hacer para resolverlo.
Fue entonces que le ocurrió la idea que iba a cambiar la vida de cientos de bebés prematuros.
Aparte de haber parido recientemente, Yamile Jackson también trabajaba como médico.
Pero fue cuando estaba en la cocina de su casa fregando los platos cuando tuvo la idea. Tenía tiempo pensando en cómo hacer que su bebé, que había nacido 15 semanas antes de tiempo, pudiera sentir su presencia, hasta en los momentos que ella no estaba a su lado.
Yamile literalmente odiaba dejar a su hijo de noche.
Pero los guantes para fregar que llevaba encima le hicieron pensar. Al día siguiente tomó un guante de tela y lo llenó de semillas de linaza y lo llevó al departamento intensivo donde estaba su hijo.
Yamile sujetaba el guante duro todo el día y cuando era hora de irse a casa, lo colocó al lado de su hijo.
El guante tenía una temperatura agradable y además emitía el olor de su madre, para que el hijo sintiera su presencia toda la noche.
Cuando la madre Yamile regresó al hospital el día siguiente, fue sorprendida por la reacción de las enfermeras.
Le contaron que el guante había funcionado muy bien, el ritmo cardíaco del niño y su respiración había sido mucho más estable en comparación con las noches anteriores.
Zachary había dormido toda la noche sin despertarse ni una vez.
Yamile le nombró a su nuevo invento, ”Zaky” y a partir de allí, su hijo dormía cada noche con ello.
Cuando era hora para Zachary ir a casa con su madre, las enfermeras preguntaron si fuera posible conseguir más guantes, así podrían probar el método en otros niños prematuros.
A Yamile le gustó la idea e inmediatamente comenzó a fabricar más guantes terapéuticos.
Rápidamente se volvió un éxito, el personal del hospital vio que el invento de Yamile funcionó y que tenía un efecto calmante en los niños.
Cuando aumentó la demanda, Yamile fundó su empresa Nurtured by Design.
Los niños que sienten el olor y la presencia de sus padres cuando duermen, son más tranquilos y absorben más oxígeno, algo que aumenta la posibilidad para los bebés prematuros recuparse.
Los efectos positivos del guante ya han sido demostrados en un estudio.
¡Y ahora Zachary y Yamile están muy bien! Frecuentemente viajan por el país con la esperanza de que más hospitales quieran probarlo.
¡Gracias a este pequeño bebé prematuro y su madre inteligente, un guante puede ayudar a miles de niños en la misma situación que él!
¡Esto merece ser celebrado y compartido!
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