La mayoría podemos identificarnos con el hecho de ser objeto de las opiniones y preguntas de otras personas cuando se trata de tener hijos. Hoy en día, la sociedad ejerce una presión silenciosa para que tengas un buen trabajo, encuentres pareja, te cases y tengas hijos. Por lo tanto, los cónyuges que deciden no tener hijos a menudo tienen que justificar su decisión ante los demás.
Las personas que no comprenden esta decisión pueden ser bastante torpes y hacer preguntas personales que no les incumben en absoluto. Estas preguntas pueden ser muy personales y desagradables, y pueden hacer que la persona que las recibe se sienta incómoda, especialmente cuando se le pregunta por qué ha decidido no ser padre o madre.
Por desgracia, no tener hijos puede considerarse la forma definitiva de egoísmo, pero cuando las parejas que se perciben como «diferentes» quieren tener hijos, la visión de lo que es el egoísmo cambia rápidamente…
Hace más de 20 años, Patti White, de California, recibió una noticia que la llenó de alegría y preocupación. Su hija Lisa le anunció que estaba embarazada.
Lisa tiene síndrome de Down, un trastorno congénito y cromosómico que se manifiesta en diversos grados de discapacidad física y mental. Pero lo que mucha gente tiende a olvidar es que muchas personas con síndrome de Down pueden cuidar de sí mismas, tener un trabajo y llevar una vida independiente.
Sin embargo, la probabilidad de que dos personas con síndrome de Down tengan un hijo es menor que la de otras parejas, ya que es raro que un hombre con síndrome de Down pueda ser padre.
Cuando Patti White se enteró de que iba a tener un nieto, se sorprendió mucho, pero apoyó totalmente a su hija Lisa y su decisión de tener el niño. A sus 29 años, Lisa tenía su propio apartamento y trabajaba a tiempo completo en una tienda local de Goodwill. Llevaba 11 años viviendo sola.
«Se llevaba bien con todo el mundo. Podía hacer de todo, excepto la caja registradora. Le gustaba trabajar allí y a ellos les gustaba ella», declaró Patti a Voice en 2016.
Lisa también había iniciado una relación con un hombre con síndrome de Down, salían juntos, pero vivían en casas diferentes. Patti entendía que su hija tenía una relación adulta sana, también hablaban de cosas como los métodos anticonceptivos y el sexo seguro.
«En aquella época, todos los libros decían que los hombres con síndrome de Down eran estériles y la gente nos decía que no nos preocupáramos porque no podían quedarse embarazados», dijo Patti.
El destino tenía otros planes
Patti acababa de volver del almuerzo en el trabajo y estaba escuchando los mensajes de su buzón de voz. Entonces recibió un mensaje de Lisa muy emocionada:
«Hola, mamá, solo quería decirte que vas a ser ABUELA». Patti dice: «Mi mente se fue por todos lados. ¿Cómo podía ser? ¡Su novio tiene síndrome de Down!».
La decisión de Lisa de tener el niño fue criticada por personas ajenas a la familia, que la tacharon de irresponsable y egoísta, y también se cuestionó su capacidad para ser una buena madre. Pero su familia la apoyó mucho y protegió a su hija.
Lisa, una persona elocuente y apasionada, tuvo un embarazo normal en muchos aspectos. Asistió a clases de preparación al parto, contó con una asesora para el embarazo y tuvo todos los síntomas típicos.
«Me costaba mucho caminar cuando estaba embarazada, trabajaba cinco días a la semana. Tenía náuseas matutinas y no me encontraba bien. Sentía que iba a vomitar», contó Lisa a Voice.
Sin embargo, su embarazo se consideró de alto riesgo y se trató como tal. El hijo de Lisa, Nic, nació cuatro semanas antes de lo previsto y, al igual que sus padres, tenía síndrome de Down.
El padre de Nic estuvo presente en el parto y los nuevos padres intentaron vivir juntos tras el nacimiento de Nic, pero, por desgracia, el padre de Nic falleció cuando este tenía cinco años.
Nic, que ahora tiene 24 años y es un joven guapo, fue criado por su madre y su abuela, que no podrían estar más orgullosas de él. Tener hijos siempre es un riesgo para todos los involucrados, y Lisa era especialmente vulnerable, sobre todo porque muchos tenían opiniones sobre su decisión de ser madre.
Llegó un punto en el que Lisa perdió el contacto con algunos de sus amigos, porque los padres de estos temían que Lisa influyera en sus hijas para que también quisieran tener hijos.
Pero al final, ninguna de esas opiniones importa, especialmente para Nic, que ha seguido prosperando, es un graduado universitario con un enorme respeto por las mujeres que lo han criado. La persona que es hoy se la debe a ellas.
«Tengo dos mamás. Mi mamá Lisa es mi mayor futuro en la vida. Ella me dio la vida, me dio amor, me dio a luz y siempre es maravillosa y hermosa», dijo según Fabiosa.
En 2016, Patti compartió una conmovedora actualización en Facebook, junto con una foto de una madre orgullosa y un hijo feliz: «Esta es mi hija, Lisa, haciendo payasadas con su hijo, Nic. Ambos tienen síndrome de Down. Este año es un hito para todos nosotros. Ella cumplirá 50 años y él 20. Yo soy más vieja que Matusalén. Estoy muy orgullosa de nosotros. Nuestro objetivo cuando se quedó embarazada era que ella lo conociera y tuviera una relación con él. Ha habido muchos altibajos en su vida, pero después de todos estos años podemos decir con sinceridad que han superado las adversidades y se quieren mucho el uno al otro y a su pequeña familia (ella es madre soltera)», escribió Patti.
Esta madre y su hijo han pasado décadas asegurándose de mostrar al mundo el valor de las personas con síndrome de Down. La historia de Patti, Lisa y Nic también proporciona información importante y esperamos que pueda ayudar a otros a tomar sus propias decisiones.
Son una inspiración y merecen nuestro respeto y admiración. Por favor, compártelo si estás de acuerdo.
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