Ocurre todos los días. Niñas de todas las edades son acosadas sexualmente en sitios públicos. Y demasiadas veces la gente alrededor no hace nada. Pero cuando un chico joven, Andreas, vio que seis chicos rodearon a una madre y a su hija de 15 años en una estación de tren él no se quedo quieto y callado como hubieran hecho otras personas. Él actuó inmediatamente.
– Me parece terrible que la gente no intervenga, dice Andreas.
Fue después de haber jugado un partido de hockey sobre hielo que Andreas, que vive en Suecia, iba a tomar el tren para regresar a casa. Pero en la estación de tren vio algo que lo dejó indignado.
– Seis chicos rodearon a una madre y su hija, ella tenía unos 15 años, y uno veía que estaban incomodas. Cuando trataron de salir del círculo los chicos las empujaron dentro otra vez, le cuenta Andreas al periódico local Arbetarbladet.
Andreas Neuman
Les pegaron en la cola
Andreas cuenta que uno de los chicos tenía un periódico y otro tenía una botella de plástico, y con esas cosas les pegaron a la madre y a la hija en la cola. Eso hizo que Andreas enfureciera.
– Yo fui corriendo y me metí con fuerza al círculo. Fue un momento caótico y me caí al piso con uno de los chicos. Entonces los otros tomaron un paso hacía atrás y salieron corriendo, le dice a Arbetarbladet.
Las cosas habían podido terminar muy mal
Cuando Andreas logró espantar a los chicos sintió bastante rápido que su forma de actuar hubiera podido haber terminado muy mal. Los chicos eran muchos más que él.
Pero al mismo tiempo dice que se hubiera arrepentido si no hubiese hecho nada.
– Me parece terrible que nadie intervino.
Si hubieran más personas como Andreas la sociedad fuera más segura. Él se merece reconocimiento y aplausos. Comparte para rendirle homenaje.