Estamos acostumbrados a ver a los miembros de las familias reales lucir siempre maravillosos. Pero los reyes, por muy reyes que sean, también son personas.
Ellos también pueden levantarse con ojeras y tener un mal día. Y tras un viaje de 9 horas en avión, quizá a una reina le apetece llevar pantalones, en lugar de un vestido, ponerse sus gafas de andar por casa y no maquillarse.
Seguramente eso fue lo que sintió la argentina M´áxima, convertida en Reina de Holanda, cuando aterriz´ó en Tanzania el lunes 17 de octubre, tras 9 horas de vuelo.
Máxima bajó del avión con traje de pantalón y chaqueta, gafas, el cabello recogido de manera informar, y sin maquillar. Sin embargo llevaba puesto lo más importante para brillar, una inmensa sonrisa.
Irreconocible
Tras difundirse las imágenes, no tardaron en llegar los comentario, la Reina Máxima «irreconocible» al natural.
Diferente, sí, pero igual de hermosa que cuando va maquillada y vestida para una cena de gala. Los medios han alabado su belleza al natural. Y estamos de acuerdo. La vemos radiante.
Una reina economista y comprometida
Máxima de Holanda visitó Tanzania en su calidad de Defensora Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para las Finanzas Inclusivas para el Desarrollo, según informa la Casa Real Holandesa.
Tanzania está trabajando actualmente en una tercera edición de la Estrategia Nacional para la Inclusión Financiera para conectar a la población a los servicios financieros digitales, y la Reina Máxima, como economista, está muy vinculada a temas de economía de ayuda al desarrollo.
Nos parece muy bien que una reina se atreva a aparecer en público con un look tan natural, dando ejemplo de naturalidad y seguridad en sí misma a todo el mundo. ¿Y ustedes qué opinan?