
Incluso cuando era niño pequeño, no podía resistirse al espectáculo. A los tres años, organizó un accidente de tren en miniatura con su juego Lionel solo para ver cómo se repetía el desastre una y otra vez.
Este niño no tenía ni idea de que algún día se convertiría en la celebridad con más éxito financiero del planeta, con un patrimonio superior al de nombres tan conocidos como Oprah Winfrey, Michael Jordan e incluso George Lucas.
Y, sin embargo, eso es exactamente lo que ocurrió.
Entonces, ¿quién es esta celebridad icónica de la que hablamos? Aún no estamos listos para revelarlo, primero os daremos algunas pistas y detalles fascinantes.
No pudo aceptar su herencia
Este icono nació en Cincinnati, Ohio, el 18 de diciembre de 1946, en el seno de una familia arraigada en el judaísmo ortodoxo. Sus abuelos habían emigrado de Ucrania a Estados Unidos, huyendo de los disturbios, pero nunca se vieron obligados a huir de los horrores del Holocausto. Aun así, crecer en un mundo posterior al Holocausto le dejó una huella indeleble.
Al recordar su infancia, admitió en una ocasión: «No es algo que me guste admitir, pero cuando tenía siete, ocho, nueve años, Dios me perdone, me avergonzaba ser judío ortodoxo. Me avergonzaba la percepción que los demás tenían de las prácticas judías de mis padres. Nunca me avergoncé realmente de ser judío, pero a veces me sentía incómodo».

Tardaría años en aceptar plenamente la cultura y la fe en las que había nacido. Su madre, pianista de concierto con talento para lo dramático, también regentaba un restaurante kosher especializado en productos lácteos. Su padre era ingeniero eléctrico y estaba a la vanguardia de la tecnología informática. Pero la estabilidad de su vida familiar no duró mucho: sus padres se divorciaron cuando él era adolescente.
Un capítulo doloroso
Esa ruptura le perseguiría. «Cuando se separaron, necesitaba un amigo especial», dijo una vez. «Y tuve que usar mi imaginación para transportarme a lugares que me hacían sentir bien, lugares que me ayudaban a escapar del dolor». Esa imaginación se convirtió en su refugio y, con el tiempo, en su vocación. Más tarde admitió que, al reflexionar sobre ese doloroso capítulo de su vida, imaginaba a un compañero de otro mundo, un extraterrestre, como el símbolo perfecto de la soledad, la pérdida y la curación.
Su madre se quedó en Saratoga con sus tres hermanas, mientras que él se mudó a Los Ángeles para vivir con su padre. A pesar de lo que realmente sucedió, durante muchos años culpó a su padre del divorcio, sin saber que había sido su madre quien le había sido infiel.
Esas emociones se filtraron en sus primeras obras creativas, en las que los padres ausentes, las familias rotas y los niños perdidos en busca de conexión se convirtieron en temas recurrentes.
En su adolescencia, se sintió cautivado por la Segunda Guerra Mundial, no por su política o su destrucción, sino por las crudas historias de valentía y supervivencia. Rebuscaba en los archivos de las bibliotecas para encontrar imágenes antiguas de la guerra y luego creaba personajes e historias completas que podrían haber pertenecido fácilmente a esos campos de batalla. No era solo fascinación, era su forma de entender el heroísmo, la pérdida y el mundo que le rodeaba.
Al mirar la foto en blanco y negro que aparece a continuación, puede resultar difícil imaginar en quién se convertiría este gigante, pero es fácil imaginar el mundo en el que creció y el entorno que le ayudó a formarse.

A primera vista, pocos reconocerían al niño de la foto. Pero el mundo conoce sin duda su trabajo.
De los vídeos caseros al titán de Hollywood
Bien, es hora de revelar de quién estamos hablando, si aún no lo has adivinado.
Estamos hablando de Steven Spielberg, el cerebro detrás de algunas de las películas más taquilleras de la historia. Según Forbes, el patrimonio neto de Spielberg se ha disparado hasta alcanzar los 5.300 millones de dólares, lo que le convierte en la celebridad más rica del mundo en la actualidad.
La trayectoria de Spielberg comenzó muy pronto. Cuando era adolescente, empezó a hacer películas amateur, impulsado por su profundo amor por la narración y el cine. A los 17 años, creó Firelight, su primera película, con solo 500 dólares. Se estrenó durante una sola noche y obtuvo un beneficio de 1 dólar.

Pero esos humildes comienzos allanaron el camino para una carrera asombrosa. En 1969, Spielberg ya había roto barreras al convertirse en el director más joven en firmar un contrato a largo plazo con un gran estudio de Hollywood gracias a su cortometraje de 22 minutos Amblin, que cautivó al público en el Festival de Cine de Atlanta.
A partir de ahí, los éxitos se sucedieron rápidamente: Tiburón, E.T., Indiana Jones, Parque Jurásico… y la lista continúa. Sus películas han recaudado en total más de 10 000 millones de dólares en taquilla, y Spielberg se ha convertido en una piedra angular de la historia del cine.
Un lucrativo legado
Spielberg no solo hace películas, sino que crea imperios del entretenimiento. Se dice que gana el 2 % de todas las entradas vendidas en los parques temáticos de Universal Studios, un acuerdo cuyo valor sigue aumentando con expansiones como el esperado parque Epic Universe.
Aunque Jurassic Park sigue siendo su mayor éxito de taquilla, con 1058 millones de dólares en ventas de entradas, otros éxitos masivos como E.T. (797,3 millones de dólares) e Indiana Jones y el reino de la calavera (786,6 millones de dólares) no se quedan atrás.
Curiosamente, algunas de sus películas más aclamadas por la crítica, como La lista de Schindler, En busca del arca perdida y Atrápame si puedes, no figuran entre sus 10 películas más taquilleras.

Sigue batiendo récords
Spielberg entró por primera vez en la lista de los estadounidenses más ricos de la revista Forbes en 1994, y desde entonces no ha salido de ella. Con cada nuevo proyecto, sigue batiendo récords de taquilla, lo que demuestra que el verdadero poder reside detrás de la cámara.
Desde que era un niño con una cámara hasta convertirse en un director multimillonario, la vida de Spielberg demuestra que la pasión, la perseverancia y la imaginación pueden llevar a logros extraordinarios.
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