Tras décadas de silencio, Jennifer Aniston finalmente revela la dolorosa verdad que se esconde tras su lucha privada de 20 años por tener hijos, y responde a los años de críticas que la tildaban injustamente de «egoísta» y «adicta al trabajo» por anteponer la carrera profesional a la maternidad.
Conocida mundialmente por su papel de Rachel Green en Friends, Jennifer Aniston saltó a la fama en la década de 1990 y se convirtió rápidamente en la novia de América. Pero, entre bastidores, su vida distaba mucho del encanto despreocupado de su personaje en la comedia.
Su sonada ruptura con Brad Pitt en 2005, seguida de su matrimonio de tres años con Justin Theroux, que terminó en 2018, se convirtió en una fuente inagotable de cotilleos para los medios de comunicación, que la tacharon de «adicta al trabajo» que anteponía el trabajo a la familia.
«Egoista adicta al trabajo»
A medida que su vida personal se convertía en carne de cañón para la prensa sensacionalista, los titulares solían eclipsar sus logros profesionales, alimentando la narrativa de que era demasiado «egoísta» con su tiempo como para tener un hijo.
Es una historia que Aniston ahora está desmontando, con dolorosa honestidad.
«Eso no es asunto de nadie. Pero llega un momento en el que no puedes evitar oírlo: la narrativa de que no voy a tener hijos, no voy a tener una familia, porque soy egoísta, una adicta al trabajo», declaró la actriz, ganadora de múltiples premios, a Harper’s Bazaar. «Me afecta, soy solo un ser humano. Todos somos seres humanos. Por eso pensé: «¿Qué demonios?».
Tratamientos silenciosos de fecundación in vitro
Durante décadas, la protagonista de The Morning Show se enfrentó con elegancia a una avalancha de rumores sobre un embarazo, ofreciendo negativas vagas y desviando la atención hacia su trabajo.
Sin embargo, entre bastidores, se sometía en silencio a tratamientos de fecundación in vitro y sufría una gran decepción.
Ahora, con 56 años, Aniston dijo que se sentía obligada a hablar no solo por sí misma, sino también por las innumerables mujeres que soportan en silencio la misma lucha.
«No conocían mi historia, ni lo que había pasado durante los últimos 20 años para intentar formar una familia, porque no salgo por ahí contando mis problemas médicos», compartió la autora de libros infantiles en el artículo del 8 de octubre.
«En aquella época conocía a muchas mujeres que estaban intentando tener hijos y se sometían a tratamientos de fecundación in vitro. Por eso sentí que no era solo por mí, sino por todas las mujeres que se enfrentaban al mismo problema», explicó Aniston.
«Necesidad de corregir el error»
A pesar de sus revelaciones, Aniston sigue siendo crítica con la forma en que la cultura de las celebridades sigue mutando. Aunque reconoce que las revistas sensacionalistas han perdido parte de su poder, desconfía de la cultura del cotilleo digital actual, que se nutre de la desinformación viral y los ataques anónimos en Internet.
«Ahora cualquier idiota puede permanecer en el anonimato y escribir lo que le dé la gana…», dijo sobre el «círculo de la vergüenza» que ahora habita en el oscuro mundo de las redes sociales.
«Cuanto más envejezco, menos me importa corregir una narrativa, porque al final acabará sucediendo», dijo la protagonista de Murder Mystery. «El ciclo de las noticias es tan rápido que simplemente desaparece. Por supuesto, hay momentos en los que siento ese sentido de la justicia, cuando se ha dicho algo que no es cierto y necesito corregir el error. Y entonces pienso: ¿de verdad? Mi familia conoce mi verdad, mis amigos conocen mi verdad».
El valor de Aniston para abrirse ahora nos ofrece un recordatorio aleccionador de lo que permanece oculto bajo los titulares, las fotos de la alfombra roja y las instantáneas de las redes sociales. Al levantar el telón, Aniston no solo está reclamando su verdad, sino que está dando voz a otras personas que han llevado la misma carga en silencio.
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