Nacido el 18 de septiembre de 1961, James Gandolfini es conocido sobre todo por su papel de Tony Soprano, el jefe de la mafia y patriarca de la familia en la serie de HBO Los Soprano.
El difunto James Gandolfini no siempre fue el hombre corpulento y calvo que el mundo llegó a amar como un mafioso despiadado y sensible a la vez en la serie Los Soprano.
Icónico por su interpretación del mujeriego, el personaje de Tony Soprano tenía más suerte siendo leal a su familia mafiosa que a su propia familia. James Gandolfini era igual de juguetón en sus años de juventud que el personaje que interpretaba en Los Soprano.
A veces sensible, otras sociópata, la interpretación de Gandolfini de un gángster imperfecto le valió numerosos premios y la aclamación internacional. Hablando del adorable pero brutal Tony Soprano, James Gandolfini declaró a People: «Interpreto a un lunático italiano de Nueva Jersey, y eso es básicamente lo que soy».
Tras seis temporadas de enorme éxito, la serie terminó en 2007, dejando a los fans con la duda de si la pantalla en negro del final significaba que el antihéroe estaba vivo o muerto.
Tragedia en Roma
El 19 de junio de 2013, un ataque al corazón se llevaba la vida de la querida estrella de 51 años. Este actor de Jersey viajaba con su familia por Italia y se encontraba en un hotel con su hijo Michael, que entonces tenía 13 años, cuando sufrió un infarto y falleció.
Gandolfini dejaba atrás a su esposa Deborah Lin, con quien se casó en 2008, a su hija Liliane (nacida en 2012) y a su hijo Michael (nacido en 1999), fruto de su matrimonio con su primera esposa, Marcy Wudarski.
Casi 10 años después, Michael consiguió el papel más importante de su vida, interpretando a un joven Tony Soprano en Los muchos santos de Newark.
En septiembre de 2021, Michael habló con el New York Times sobre cómo captar la complejidad del personaje que su padre interpretaba tan fácilmente. «Siempre me decía: ‘Quiero que mi padre se sienta orgulloso. Quiero que mi padre esté orgulloso’». El actor, que entonces tenía 22 años, añadía: «Realmente no era consciente de su legado… Mi padre era simplemente mi padre».
Aunque sea un tópico, Michael es su padre. Este joven heredó muchos de los rasgos y características de su padre, como los ojos soñolientos pero atrayentes, una sonrisa amenazadora y la voz suave mezclada con el lenguaje colorido.
«La presión es real», dice sobre interpretar al mafioso de joven. «No solo era el sentimiento de mi padre – era como, Tony Soprano es un personaje jodidamente duro».
El mayor ligón
Antes de que Gandolfini tuviera tres premios Emmy y un Globo de Oro descansando en su repisa, era un chico italoamericano normal y corriente que crecía con su familia de clase trabajadora en una modesta casa de Westwood, Nueva Jersey.
Su padre era el jefe de mantenimiento de un colegio católico, y su madre trabajaba en el comedor de un instituto. Era un «niño alegre y simpático», como lo describió su amiga de la infancia Pam Donlan, que más tarde se convertiría en un actor muy respetado en Hollywood.
En 1979, el joven, que medía poco más de 1,80 m, cursaba el último año en el instituto Park Ridge de Nueva Jersey, donde era uno de los chicos populares.
Destacando tanto en los estudios como en las actividades extraescolares, el protagonista de Get Shorty desarrolló sus dotes como actor en el instituto, donde estudió teatro. En esos años conoció a John Travolta, cuyo padre era propietario de una tienda que Gandolfini frecuentaba.
«Mi padre vendía neumáticos a su padre», dijo Travolta tras la muerte de Gandolfini. «Yo fui su inspiración para entrar en el negocio… Veía fotos mías en la pared de películas y decidió que quería ser actor».
Antes de marcharse a la Universidad de Rutgers, donde se licenció en Bellas Artes, Gandolfini celebró por primera vez su último año en el instituto con sus compañeros de clase votándole como «el más guapo» y -no sorprendentemente- «el más ligón.»
En un post de Facebook compartido por la comunidad de Park Ridge, una vieja foto de la joven estrella junto a una mujer, Donna Lange, muestra a los dos como «ligones de clase».
«Me [encanta] esta foto de Jimmy y Donna… Siempre le recuerdo así… niño feliz con esa sonrisa asesina», escribe un viejo amigo. «Es una gran foto de Jim y Donna», comparte otro.
Mientras tanto, Duff Lambros recuerda a su amigo de la infancia como alguien que tenía «una tranquila confianza» y «una fría dignidad». Las chicas le adoraban. Los chicos le adoraban». El amigo añade: «Cuando esbozaba esa sonrisa, no eran sólo los dientes, sonreía con los ojos. Parecía que brillaba el sol».
Travolta -que compartió pantalla con Gandfolfini en varias películas- recuerda a su viejo amigo de la familia como un gigante no solo como actor, sino también en su vida personal. «Primero era una persona y luego todo lo demás», dijo Travolta. «Era un hombre precioso y le quiero mucho».
A pesar de la imponente presencia de Tony Soprano, Gandolfini exhibía una notable humildad y dedicación. Se definía a sí mismo con humor como un «Woody Allen de 90 kilos», subrayando su naturaleza modesta a pesar del personaje más grande que la vida que representaba en la pantalla.
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