Me cuesta creer que en pleno siglo XXI todavía haya mujeres que tengan que pedir permiso a los hombres por tratar de ganar el pan para ella y su familia.
Recuerdo cuando mi abuela me contó el día en que quiso hacerse enfermera para ayudar en casa, ya que mi abuelo desgraciadamente tenía un problema con el alcohol y se gastaba los alquileres en beber con los amigos.
El día en que mi abuela le anunció que había conseguido un puesto en uno de los mejores hospitales del país, fue tal el enfado de mi abuelo que éste dejó de hablarle durante tres meses.
Pero pasado ese tiempo, y gracias a la tenacidad de mi abuela, ella siguió trabajando, lo que le permitió mantener a toda la familia cuando mi abuelo murió pocos años después.
¿Imaginen que, como sucedió en esta historia, mi abuelo hubiera decidido quemar su cara con ácido? ¿Cómo puede llegar alguien a hacerle algo así a la persona con la que comparte su vida?
Eso es lo que le pasó a Zakira Ali Sheik, una madre en India.
Zakira Ali Sheik es una mujer de India que decidió hacer algo cuando su marido dejó su trabajo de mototaxista.
Decidida a hacerlo todo para sacar adelante a su familia, esta esposa y madre de dos hijos consiguió un buen trabajo en una fábrica de jabones, algo que no cayó nada bien a su marido.
De castigo, el marido de Zakira se encerró con ella y le bañó la cara con ácido.
Según explicó Zakira al diario británico The Daily Mail, “Estaba gritando de agonía, mi hermano tardó 10 minutos en entar para ayudarme. El dolor era insoportable”.
Actualmente Zakira se recupera de sus heridas en un hospital de Mumbai. Ha perdido la visión de un ojo y han tenido que introducirle un tubo para que pueda respirar.
Ahora necesita casi 40.000 dólares para poder costear su operación y han abierto una página para reunir fondos y ayudarla.
Por favor, comparte su historia para denunciar el maltrato que sufren miles de mujeres en todo el mundo. Esperamos que su marido sea castigado que se merece por esta atrocidad.