Por qué las mujeres cruzan las piernas

Cuando una mujer cruza las piernas, es algo más que un hábito: es una expresión silenciosa de confianza, comodidad y conciencia social. Arraigado en la psicología y moldeado por generaciones de influencia cultural, este gesto aparentemente sencillo dice mucho y revela mucho más de lo que parece a simple vista.

Sumerjámonos en las sutiles claves psicológicas de siglos de condicionamiento cultural para descubrir la verdad que se esconde tras esta postura atemporal.

Una postura con un pasado

Mucho antes de las sillas ergonómicas y los trajes pantalón, la forma de sentarse de las mujeres era una medida de gracia social y feminidad. En el siglo XIX, las mujeres debían sentarse con los tobillos cruzados o las piernas recatadamente a un lado, cruzar las rodillas se consideraba impropio en muchos círculos.

En la década de 1960, iconos de la moda como Audrey Hepburn y Jackie Kennedy redefinieron la elegancia con las piernas cruzadas, a menudo acompañadas de unos tacones de infarto. No era sólo postura, era poder y aplomo.

Hoy en día, cruzar las piernas sigue siendo un elemento básico del lenguaje corporal femenino moderno, pero ahora cumple una serie mucho más amplia de funciones psicológicas y sociales.

La psicología detrás de la postura

Aunque pueda parecer que las mujeres cruzan las piernas simplemente porque les resulta cómodo, los expertos dicen que hay algo más profundo en juego.

Comunicación no verbal

Los expertos en lenguaje corporal coinciden en que cruzar las piernas es una forma de comunicación no verbal.

«Las piernas y los pies son una de las últimas partes del cuerpo que controlamos conscientemente, así que nos dan una información valiosísima sobre lo que alguien está pensando realmente, sus actitudes y cómo se siente [una mujer]», explica a Men’s Health Katia Loisel, experta en citas y lenguaje corporal afincada en Australia.

Y, dependiendo de la dirección en la que se crucen las piernas -hacia alguien o alejándose de él-, puede indicar apertura o actitud defensiva.

Hacia alguien: Interés, comodidad, conexión.

Lejos de alguien: desapego, desinterés, incomodidad.

«Dirigimos los pies y las piernas hacia lo que nos gusta y nos alejamos de lo que no nos gusta», dice Loisel, y añade que la dirección de los pies y las piernas dice mucho.

Modestia inconsciente

La moda no siempre ha sido funcional. En faldas o vestidos, cruzar las piernas puede ser una forma subconsciente de mantener la modestia, sobre todo en entornos públicos o profesionales. Es un gesto profundamente arraigado en la etiqueta, aunque la ropa de hoy en día permita más libertad.

Autocomplacencia

Curiosamente, los psicólogos señalan que cruzar las piernas puede ser una acción de comodidad. Da una sensación de límite, una forma de reclamar espacio personal, sobre todo en entornos abarrotados o desconocidos.

Situaciones profesionales y personales

En el lugar de trabajo: En un entorno profesional, cruzar las piernas por la rodilla o el tobillo suele reflejar confianza y control. Es una postura habitual en salas de juntas y entrevistas, pero cuidado: cruzar las piernas demasiado o rebotar puede dar señales de ansiedad o impaciencia.

Para quienes desempeñan funciones de liderazgo, sentarse con un tobillo apoyado en la rodilla opuesta -lo que a veces se denomina la «figura del cuatro»- es una postura más firme y masculina. Pocas mujeres la adoptan, pero cuando lo hacen, irradian audacia.

Con amigos: Cuando te relajas entre amigos, el cruce de piernas suele ser menos formal y más cómodo. Piensa en una postura encorvada, con las rodillas flexionadas; en este caso, el lenguaje corporal se desplaza para expresar soltura y franqueza en lugar de precisión o aplomo.

En una cita: cruzar las piernas puede formar parte del coqueteo. Cruzarse hacia alguien muestra interés y atención, mientras que los movimientos lentos (como descruzarse y volverse a cruzar) pueden interpretarse incluso como un coqueteo sutil, todo ello sin decir ni una palabra.

Un lenguaje poderoso

Aunque la comodidad desempeña un papel importante, está claro que cruzar las piernas es también un lenguaje poderoso y silencioso que lo expresa todo, desde la confianza hasta la cautela, desde la modestia hasta el estado de ánimo. Ya sea en el trabajo, en un almuerzo o simplemente esperando el tren, las mujeres de todo el mundo continúan este gesto, a menudo sin pensárselo dos veces, y sin embargo, está lleno de significado.

Así que la próxima vez que te sorprendas cruzando las piernas, recuerda que no es solo una postura. Es personalidad en movimiento.

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