Algunas veces el fin justifica los medios. Si haces algo malo para ayudar a alguien. ¿Es esta acción realmente mala? Algunas veces sí, otras no, en este caso dejo que lo juzgues tu mismo.
Martha dijo: «la primera vez fue poco después de que nos casáramos, íbamos a perder la casa porque no podíamos pagar la hipoteca. ¿Te acuerdas de una tarde en la que fui a ver al banquero y al día siguiente te notificaron que el crédito sería extendido?
Henry recordó la visita al banquero y dijo: «puedo perdonarte por eso… Salvaste nuestra casa después de todo. ¿Pero qué me dices de la segunda vez?
Marta preguntó: «¿Te acuerdas cuando estabas tan enfermo pero no teníamos dinero para pagar por la cirugía de corazón que necesitabas? bien, fui a ver a tu médico una noche y, si recuerdas, te hizo una cirugía gratis»
«Me acuerdo de eso», dijo Henry. «Y tú lo hiciste para salvar mi vida, así que por supuesto te perdono por ello. Ahora háblame de la tercera vez».
«Muy bien», dijo Martha. «¿Te acuerdas cuando te presentaste a presidente del club de golf y necesitabas 73 votos más?».
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