No hay nada mejor que echarse unas buenas risas. Me encanta contar chistes a la gente y escuchar los suyos, pero a veces es como si me los dijera a mí misma cuando no hay nadie a mi alrededor.
Di con esta divertida historia esta mañana. Realmente me alegró el día, así que quiero compartirla.
¡Compartir risas es una alegría doble, así que no olvides apretar el botón de compartir este chiste!
John fue a visitar a su abuelo de 93 años al hospital y lo encontró activo y feliz.
“¿Cómo estás abuelo?, le pregunta.
“Me siento bien”, dijo el anciano.
“¿Cómo está la comida?”
“Maravillosa, los menús son fantásticos. Hemos comido cazuela de pollo, casi tan buena como la de Mary”.
“¿Y las enfermeras?”
“No podrían ser mejores. Estas jovencitas realmente te cuidan”.
“¿Y qué tal duermes?¿Duermes bien?”
“¡Sin problema!” Ocho horas del tirón cada noche. A las 10 en punto me traen una taza de chocolate caliente y una pastilla de Viagra… y ya está, voy fino”.
John se sorprende y a la vez se alarma por esto, así que va corriendo a preguntar a la enfermera a cargo.
“Hola, quería que me aclarara algo”, dice, “Me acaban de decir que están dando a mi abuelo de 93 años Viagra cada noche. ¿Eso es verdad?”
“O sí”, contesta la enfermera. “Cada noche a las 10 en punto le damos una taza de chocolate y una pastilla de Viagra. Funciona increíblemente bien. El chocolate le permite dormir y la Viagra evita que se caiga de la cama…”
¡COMPARTE para alegrar el día de tus amigos!