En ocasiones somos muy rápidos a la hora de juzgar a los demás, pero esta historia claramente demuestra lo mal que pueden ir las cosas cuando esto sucede.
Es una lección que todos necesitamos aprender de tanto en tanto. Me quedé tan contenta al leer esta historia, porque rara vez este mensaje se transmite tan bien y con tanto humor como aquí abajo. Las cosas no siempre son lo que parecen. :)
«Una mujer volaba entre Seattle a San Francisco. Inesperadamente, el avión se desvió a Sacramento a lo largo de la ruta».
La azafata explicó que habría un retraso y si los pasajeros quería bajar del avión podrían volver a subir en 50 minutos.
Todos bajaron del avión excepto una mujer ciega.
Un hombre notó al pasar por su lado que era ciega porque su perro lazarillo estuvo bajo el asiento frente a ella a lo largo de todo el vuelo.
También pudo observar que había hecho ese vuelo antes, porque el piloto se le acercó, llamándola por su nombre y dijo: «Kathy, estaremos en Sacramento por una hora. ¿Quieres salir y estirar las piernas?
La mujer ciega dijo: «No gracias, pero quizás mi amigo quiera salir a pasear».
Minutos después, los pasajeros en la puerta se quedaron impactados al ver salir al piloto del avión con el perro guía y gafas de sol.
La gente se asustó. ¡No sólo trataron de cambiar de vuelo, sino de cambiar de aerolínea!
Dos lecciones se extraen de esta historia:
1. Las cosas no son siempre lo que parecen.
2. Un día sin risas es un día malgastado.
¡Esta historia ha estado circulando en internet durante algunos años, pero creo que merece ser compartida de nuevo!