Muchas veces hemos escrito en Newsner historias que nos recuerdan que no hay que juzgar por las apariencias, que las apariencias realmente engañan. Y ya no hablo sólo de pensar mal de las personas sino de sentir muchas veces pena por gente que vemos en situaciones que creemos difíciles pero sin saber cómo las vive esa persona.
Todo tiene su lado bueno, todo depende de cómo se vivan las cosas. Y es cierto que la felicidad está en interior de cada persona, no en tener una casa enorme o el mejor de los trabajos, porque quizá esa casa requiere cuidados que nos llevan mucho tiempo, o ese trabajo al que todo el mundo aspira, no es lo que realmente queremos.
En la historia que les voy a contar (podéis ver el vídeo abajo también) un grupo de personas intentan hacer algo bueno por una anciana mexicana que camina encorvada y con dificultad y, a sus 85 años, sale a la calle todos los días a vender nopalitos en una estación de metro. Los chicos quieren comprarle todos los nopalitos para que la mujer ese día se pueda ir a casa a descansar, pero la reacción de la anciana no es, en absoluto, la que ellos se esperaban.
Las personas que forman parte de Mensaje urbanos hacen vídeos y experimentos que generan conciencia para construir un mundo mejor. Y cuando estos chicos supieron del caso de la anciana Maria de la Luz quisieron hacer algo bueno por ella.
María de la Luz, de aproximadamente 85 años, sale de casa, todos los días, con dos cajitas, y eso es tu tienda: una como asiento y otra para poner los nopalitos que va a vender. Camina con su tienda y sus nopalitos a cuestas hasta la estación la estación de metro Tasqueña de Ciudad de México, donde se queda hasta que ha conseguido vender los 100 nopalitos que ha preparado.
Un día Mensajeros urbanos pensaron que esta mujer se merecía una recompensa, y decidieron comprar todos los nopalitos para que ese día pudiese irse a casa a descansar. María de la Luz se merecía un día de descanso después de tantos años de trabajo, y especialmente teniendo en cuenta sus condiciones y su edad.
Pero la respuesta de la mujer los deja con la boca abierta, y tras la sorpresa inicial su reflexión es maravillosa. Pero no os quiero desvelar más, es precioso ver el vídeo, mejor que escuchéis a los protagonistas.
Verdaderamente hermoso. Una lección de vida. Ésta es la vida de esta anciana, no se trata sólo de su forma de ganarse la vida sino su forma de vivirla. Encontrarse cada día con sus clientes, hablar con ellos, tener ese contacto humano y saber que ellos están muy contentos con sus nopalitos y que, cada día, su nopalito y su charla ponen un poco de luz en la vida de los dos, la vendedora y el comprador. Escribiendo esto me cuesta contener las lágirmas, es una escena realmente entrañable.
Esta lección de vida merece la pena ser compartida.