Todos somos diferentes, y mientras unas personas son más cautelosas y se piensan mucho las cosas, otras son más espontáneas y toman decisiones con rapidez.
Se suele decir que todas las ideas son buenas ideas, que todas pueden aportar algo. Pero cuando las ideas pasan de la imaginación a la realidad, no todas acaban siendo tan buenas.
Hace 30 años, en Cleveland, en los Estados Unidos, a alguien se le ocurrió una brillante idea. United Way of Cleveland, una organización sin ánimo de lucro pensó que, para atraer la atención de todos, podían organizar la suelta de globos más grande del mundo.
El plan era soltar 1,5 millones de globos, y nadie se quería perder este espectacular acontecimiento.
El evento tuvo el 26 de septiembre de 1986, y en él trabajaron 2.500 voluntarios, quienes se encargaron de inflar los globos de helio para lanzarlos a volar al cielo.
A las 13:30 en punto solaron los globos y fue un magnífico espectáculo visual. Pero nadie podía haberse imaginado que la catástrofe los sobrevolaba.
Nadie había pensado en las consecuencias.
Para empezar, nadie había pensado en lo que pasaría cuando los globos se desinflasen y volvieran al suelo, pero eso no era lo peor.
Un aeropuerto de la zona se vio obligado a parar su actividad cuando los globos lo invadieron, haciendo muy inseguro volar y aterrizar.
Los globos comenzaron también a caer sobre el el lago Erin. Dos pescadores habían desaparecido en el lago y los helicópteros que trabajaban en la búsqueda tuvieron que parar sus tareas debido a que con los globos era imposible ver nada. Los cuerpos de los pescadores se encontraron más tarde ahogados, cuando salieron a la superficie, según escribe Viral Forest.
Los globos llegaron incluso a otros estados, y llevó bastante tiempo y dinero limpiar todos cuando los globos llegaron a tierra.
Tras lo ocurrido, los organizadores, United Way of Cleveland, asumieron todas las responsabilidades por lo ocurrido, y ahora no son muchos los que recuerdan el suceso como algo positivo.
Aquí puedes ver el vídeo de lo ocurrido:
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Es fácil hablar y criticar cuando ya todo ha pasado, pero esto es una buena muestra de que hay que pensar bien las posibles consecuencias de cualquier idea o iniciativa antes de hacer pasar el plan – por bien que suene- del papel a la práctica.