Hay una expresión que dice que la manzana no cae muy lejos del árbol. Y esta vez estoy totalmente de acuerdo, parece que este pequeño lleva la música en la sangre. En una de las actuaciones del cantante Coffey Anderson, su hijo Ethan, de 17 meses, se subió al escenario. El padre al principio no se dio cuenta, seguía interpretando, como si nada, la canción Brown Eyed Girl de Van Morrisons, pero pronto se da cuenta de que el pequeño da saltos por el escenario al compás de la música. Presta atención al segundo 27 del vídeo, ahí es cuando se lanza de verdad. La felicidad que pueden proporcionar los niños en un minuto es incomparable. ¡Maravilloso!
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