El acoso en las escuelas es algo desgraciadamente muy difícil de erradicar.
Los niños son niños y, aunque sea frustrante, tienen una fase de aprendizaje en sus vidas, en la cual deberá pensar ellos mismos sobre lo que está bien y lo que está mal. Y a veces puede conllevar comportamientos de los cuales muchos de ellos se lamentarán en el futuro.
Y si bien es cierto que muchos de nosotros ‘romperemos las reglas’ en un momento u otro de la vida, el hecho de meternos seriamente con alguien en una posición más vulnerable que nosotros es dar un paso demasiado lejos.
A Nathaniel Dryden, de 15 años, algunos estudiantes de su escuela le hicieron sufrir una vida miserable. Este luchaba cada día en la Academia Merrill de Derbyshire, pero nunca jamás se imaginó lo que le ocurriría un día fatídico …
El adolescente de Shelton Lock, Derbyshire, Reino Unido, había sido objeto de maltrato en su escuela.
Gran problema
Desafortunadamente, el personal de la escuela no tomó las medidas preventivas necesarias para evitar que esto volviera a suceder. Nathaniel fue atacado por segunda vez, y en esta ocasión el desenlace fue más grave.
El 16 de febrero, Nathaniel recibió un puñetazo tan fuerte en la cara que sus gafas se rompieron. Los vidrios cortaron profundamente su rostro, lo que produjo tanta sangre que el mismo Nathaniel pensó que se estaba muriendo. Los vidrios estuvieron a punto de clavarse en el ojo pero las lesiones ocasionadas por los cortes fueron de gravedad.
El adolescente no solo tuvo que recuperarse de sus lesiones, sino también del trauma ocasionado en un lugar donde se suponía estaba seguro.
Los dos ataques contra Nathaniel no fueron provocados. Su padre, Mick, un enfermero practicante, contó la historia a Daily Mail: «El primer ataque fue el 23 de enero. Un muchacho se acercó a mi hijo y comenzó a darle puñetazos varias veces sin razón ninguna. Nos dijeron que lo habían suspendido por un período de tiempo.»
Tristemente el acosador hizo que su amigo fuera por Nathaniel, provocando el suceso que casi lo dejó ciego.
«El miércoles pasado [16 de febrero] fue cuando ocurrió el segundo ataque», continuó Mick. «Otro muchacho se le acercó y le preguntó si pensaba que la novia de su amigo era una p** . Dijo que le diría a su amigo que la llamó así cuando no era cierto. Nathaniel protestó y dijo que nunca había dicho nada semejante.»
Fue un solo golpe, pero fue brutal. Fue horrible. Sus gafas se rompieron y esto le causó graves lesiones faciales. Estaba cubierto de sangre. Al principio pensó que se estaba muriendo debido a la gran cantidad de sangre que le salía. Estaba ya todo cubierto de sangre «.
Llevaron a Nathaniel al hospital directamente desde la escuela, y allí se logró controlar la hemorragia.
«Estoy desconsolado por lo que sucedió. Ningún padre quiere ver a su hijo así. Fue algo muy traumático. Me quedé sin palabras. Fue un ataque malvado», dijo Mick.
Aunque, como se dijo anteriormente, es difícil controlar las relaciones de los chicos en una escuela, nunca se debe permitir que se produzcan incidentes tan extremos como este. Necesitamos detectar mejor los signos de acoso escolar continuado e intervenir cuando sea necesario, para que evitamos que las escuelas se conviertan en el futuro caldo de cultivo de maltratadores.
No podemos tolerar el acoso de esta naturaleza. No puede existir. El caso de Nathaniel es terrible pero, lamentablemente, no aislado. Solo a través de la comunicación y la conciencia de una tolerancia cero, podremos evitar la plaga del acoso escolar.
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