Cuando los nazis invadieron Polonia en el año 1939, su tiranía afectó sobre todo a los judíos polacos, que fueron encerrados en guetos y aniquilados por millones.
Los nazis hubieran querido que la deshumanización sistemática de Adolfo Hitler y el exterminio rutinario de los judíos hubieran sido un secreto para el resto del mundo – Estos trataron siempre de esconder cualquier huella de sus maquiavélicas actividades y trataron de no dar demasiadas pistas sobre lo que ocurría en los campos de concentración.
Sin embargo el fotógrafo Henryk Ross no iba a aceptar que el holocausto pasara desapercibido.
Ross documentó en secreto el genocidio – a pesar de poner en peligro su vida con cada foto.
Henryk Ross enterró miles de negativos y cuando la guerra terminó, volvió para desenterrar esa dolorosa realidad, que él incluso había captado en fotografías. Miles de judíos fueron capturados por el régimen nazi alemán y asesinados en circunstancias atroces.
Muchos estaban horrorizados por las imágenes pero otros muchos también estaban agradecidos por la valentía con la que Henryk tomó estas fotos – dejando constancia de una parte de nuestra historia que nunca podremos olvidar.
Aquí están sus impactantes fotos:
La serie fotográfica de Ross, que se expone en la galería de arte de Ontario, nos muestra la dura realidad del gueto de Lodz, donde estuvieron hacinados Ross y su familia durante 4 años junto con más de 160 000 judíos polacos.
Entre las más de 3 000 fotografías, muchas muestran la terrible realidad sobre el genocidio nazi de los judíos. Cuerpos apilados a miles, niños famélicos buscando comida en la basura, cuelgan de las paredes. Otras fotografías muestran la inmensa resistencia de aquellos que se vieron atrapados en la barbarie nazi.
Nacido en Varsovia, Henryk Ross trabajaba como fotógrafo deportivo antes de la guerra. Se le asignó un puesto en el gueto para tomar fotos de identificación e imágenes propagandísticas de las fábricas.
Pero este trabajo fue la tapadera perfecta para que Ross tomará también muchas fotografías sobre la vida en el gueto y sobre la extrema brutalidad, más allá de los límites imaginados, que allí se cometía.
Antes de morir en el año 1991, nos desveló lo que hizo:
”Desenterré los negativos, para dejar constancia de toda la tragedia. Di testimonio con las fotos del exterminio de los judíos polacos. Quería dejar documentación histórica de lo ocurrido».
Cuando Ross no realizaba la tarea encomendada por el régimen nazi, fotografiaba a través de los agujeros de las paredes destrozadas, escondido en la calle o donde podía – La policía nazi controlaba con mano de hierro todo lo que ocurría por allí.
Ross arriesgaba su vida y su familia habría sido torturada si le llegan a pillar tomando estas fotografías
Ross dijo:
«Al tener oficialmente acceso a una cámara pude captar la tragedia vivida en el gueto de Lodz
Lo hice a pesar de arriesgar mi vida y la de mi familia»
«Deportación de los niños en el gueto”, c. 1940-1944 © Art Gallery of Ontario
La situación en el gueto era terrible, en su mayor parte carecía de agua corriente y alcantarillado, según Levande Historia.
Más del 20 por ciento de los residentes morían por las deplorables condiciones de vida.
Los guetos como el de Lodz, facilitaban al régimen nazi el control de los judíos. Les quitaban sus pertenencias y utilizaban su mano de obra.
Los judíos alemanes fueron enviados a los guetos de la Polonia ocupada, de Letonia y Lituania. Los rumanos arrestados en Austria fueron enviados a los guetos del este.
El gueto estaba dividido en tres partes y estaba rodeado por una cerca de alambres con púas y muros.
El judío que abandonaba el gueto sin permiso era castigado con la pena de muerte.
Tras la liberación del gueto de Lodz, Ross desenterró los negativos y reveló las fotos
Con respecto a la impresionante foto de arriba, Henryk comenta:
Era una sociedad funeraria. Al principio recogían dos o tres víctimas muertas por el hambre y las enterraban.
Pero cuando después el número aumentó a 120, fue necesario construir unos coches especiales para transportar todos los cadáveres. Vi familias enteras, esqueletos de personas, que yacían todas juntas con sus niños.
Pero además de lo terrible expuesto en estas fotografías, hay también un mensaje de fuerza y de esperanza.
Durante el holocausto, se hicieron fotos de familias celebrando nacimientos, bodas. En algunas de ellas se reflejan los momentos de alegría que de vez en cuando existían en el gueto.
”La colección de fotos del gueto de Lodz de este fotógrafo constituye una recopilación única compuesta por más de 3 000 fotos. Son testimonio de un arte potencial donde se refleja una parte de la resistencia y de la historia»..
Cuando en el mes de marzo de 1945 desenterró los negativos, Ross se dio cuenta que muchos estaban seriamente dañados por el agua.
Muchas fotos tiene defectos por culpa de ello.
En enero del año 1945 el Ejército rojo se acercó a Lodz para liberar a los presos. Unos cientos de habitantes solamente sobrevivieron a los horrores.
Algunos consiguieron esconderse bajo tierra y librarse de la deportación nazi.
Cuando el Ejército Rojo entró en Lodz en enero de 1945, quedaban todavía 877 personas en el campo de concentración.
Henryk Ross y su mujer Stefania estaban entre los sobrevivientes.
Ross och Stefania se casaron en el gueto como muchas otras jóvenes parejas enamoradas.
Retraro de una pareja en el gueto; mujer con velo , c. 1940-1944 © Art Gallery of Ontario
Mucha gente valiente se negó a ser aplastada por el régimen fascista.
Se unieron en la comunidad judía. Ross fotografió estos momentos de alegría a pesar de que al mismo tiempo se evidenciaba la peor de las caras de la humanidad.
La galería de arte de Ontario espera que esta exposición sirva para tomar consciencia de este periodo histórico, gracias al gran valor de Henryk Ross.
Es mi opinión cuando veo por ejemplo la fotografía de estas dos niñas. ¿Son a lo mejor las dos mejores amigas?
Una vez deportados al gueto de Lodz los alemanes confiscaron todas las pertenencias económicas de los judíos.
Los judíos no podía tener en propiedad autos o aparatos de radio y no podían tomar el transporte público.
Lodz constituye una parte especial de nuestra historia, aislada del resto del mundo y localizada cerca del campo de concentración de Chelmno.
En Chelmno se utilizaron los camiones de gas. Con ellos el monóxido de carbono se conducía a la habitación donde las víctimas se encontraban.
Antes de la guerra Lodz era conocido por su industria textil. Los líderes judíos utilizaban a menuda la premisa de «sobrevivir a través del trabajo».
Con esta moral se mantenía también Ross, que sin embargo se veía obligado a fotografiar con un objetivo propagandístico.
A pesar de que mucho material se estropeó, se salvaron casi 3 000 negativos.
Hoy en día esta colección representa la mayor conocida entorno al genocidio y el gueto – y todas tomadas por un único fotógrafo judío.
Los nazis y Adolfo Hitler no hubieran querido que estas fotografías se hubieran expuesto jamás.
La importante documentación de Henryk Ross nos muestra que nunca más debemos permitir que esto se repita. Además supone un tributo a la fuerza del ser humano que no se tiene más que el uno al otro.