Estar en un avión para la mayoría de la gente está relacionado con vacaciones. Normalmente el ambiente es alegre y positivo y uno deja todos sus problemas atrás.
Shelia Fedrick ha trabajado como azafata de vuelos durante muchos años y está acostumbrada a lidiar con muchas situaciones volátiles que pueden darse durante el vuelo. Pero este día no tenía ni idea que este vuelo iba a cambiar su vida para siempre. Cuando pasó por el pasillo notó un detalle que captó su atención.
Un hombre bien vestido estaba sentado al lado de una chica rubia con ropa vieja. Ella miró hacia arriba cuando Shelia pasó, y ella sintió como la mirada de la niña le llegó a lo más profundo del corazón.
Cuando trató de hablar con el hombre él inmediatamente se puso bravo. Ella sintió que algo estaba mal y fue al baño del avión donde dejó una papel y un lapiz, ella esperaba que la chica lo fuera a utilizar si necesitaba ayuda.
Cuando pasó por la chica le hizo señas de que fuera al baño.
Encontró la nota
La niña siguió las instrucciones y cuando Shelia luego fue al baño encontró la nota donde la niña había escrito «necesito ayuda», escribe The Independent.
Shelia informó rápidamente al piloto de la situación de emergencia y cuando el avión aterrizó, la policía ya estaba lista para detener al hombre.
La chica debía tener unos 14 años y pasó a manos de las autoridades. Resultó que era una víctima del tráfico de personas y había sido secuestrada dos meses antes.
Airline Ambassadors International
Una azafata jubilada, Nancy Rivard, creó la organización Airline Ambassadors International en 2009 para que más azafatas sean entrenadas a encontrar a víctimas del tráfico de personas.
Ahora trabajan con la aduana de Estados Unidos y la policía de fronteras para prevenir el tráfico de personas.
Fue el año 2001 que Shelia descubrió a la niña que ese entonces tenía unos 14 años. Después del suceso ella so volvió miembra de Airline Ambassadors y ahora la han entrenado para descubrir más casos de tráfico de personas.
«Hay tantas señales si uno está atento», dice ella.
Algunas semanas después del incidente Shelia recibió una llamada de teléfono. Era la niña que le llamaba para agradecerle por haberle salvado la vida.
Ella se había reunido con sus padres otra vez y estaba en terapia para procesar lo que le había pasado.
Shelia y la niña todavía tienen contacto.
1,2 millones
La ONU estima que cerca de 1,2 millones de niños son víctimas del tráfico cada año. El tráfico de seres humanos es la tercera mayor actividad criminal en el mundo, después del tráfico de drogas y de armas.
Tanto chicas como chicos son explotados sexualmente, por ejemplo, como mano de obra barata o soldados, para ser adoptados o forzados a cometer crímenes, mendigar o traficar con drogas. No podemos aceptar esto.
¡Comparte el artículo para difundir esta información, y para rendirle homenaje a Shelia y a todas las azafatas que trabajan para prevenir el tráfico de personas!