Hay pocas cosas que me preocupan tanto como el abuso de niños. La mayoría de la gente nunca pensaría en dañar a un menor, pero por desgracia existen monstruos así.
Cuando un niño desaparece, no es extraño que los padres se imaginen lo peor: que haya sido secuestrado por un hombre peligroso.
Afortunadamente, hay muchas personas buenas por ahí también. Una de ellas es Jane Holmes, la heroína de esta historia.
Jane Holmes trabaja como investigadora privada en Georgia, EE.UU. En diciembre del año pasado, vio algo extraño cuando conducía por la autopista: una niña caminaba sola por el arcén.
La niña lloraba y alternaba el caminar con correr. Parecía confundida, como si no supiera a dónde iba. Jane vio la cara de pánico de la pequeña y se dio cuenta de que tenía que intervenir. Cambió de sentido y detuvo el coche.
Como Jane trabaja de detective, tenía una cámara montada en su vehículo. Ésta captó a la niña justo antes de que Jane se hiciera cargo de ella.
La niña se llamaba Julianna y tenía sólo 6 años. Cuando Jane le preguntó por qué estaba sola ella respondió: «Mi familia pidió al conductor de autobús que me llevara a casa y no había nadie ahí».
Jane llevó a Juliana a la estación de policía donde finalmente pudieron encontrar a sus padres. El padre le dijo que le pidió al conductor que condujera a su hija a la guardería, no a la casa, pero el conductor les ignoró y dejó a la niña en su casa, donde no había nadie.
Más tarde se descubrió que el conductor de autobús era una sustituta de 48 años de edad, que fue despedida por poner a una niña en peligro.
Estoy tan contenta de que todo terminara bien y que una mujer tan amable encontrar a a Juliana y no otra persona. Después del incidente Juliana y Jane se convirtieron en buenas amigas.
Aquí te dejo un reportaje que se hizo sobre el caso (en inglés), donde podrás ver las imágenes que tomó la cámara del vehículo de Jane al encontrar a la niña.