El 14 de octubre de 2022, Francia quedó conmocionada: Lola Daviet, una niña de 12 años, fue encontrada muerta en un baúl, en el patio del edificio donde vivían sus padres, en el distrito 19 de París. La presunta autora, Dahbia Benkired, de 24 años y en situación irregular, fue detenida rápidamente e imputada por «asesinato y violación con actos de tortura y barbarie a una menor».
Dos años después, su madre, Delphine Daviet-Ropital, ha hablado por primera vez públicamente: recuerdos, reconstrucción, expectativas antes del juicio…Este artículo repasa los hechos, las cuestiones judiciales y humanas, y lo que esta madre espera de la justicia.
«Los hechos: lo que sabemos» – El desarrollo de la tragedia
El 14 de octubre de 2022, Lola desapareció cuando regresaba a pie de su colegio a solo unos cincuenta metros de la casa familiar. El cuerpo de la joven fue encontrado en un baúl de plástico, depositado en el patio de la residencia.
La sospechosa, Dahbia Benkired, se alojaba ocasionalmente en el edificio, en el apartamento de su hermana, donde también vivían los padres de Lola, ambos conserjes del edificio. Según las reconstrucciones, las primeras imágenes de las cámaras de vídeo vigilancia muestran a la sospechosa entrando en el edificio con la víctima por la tarde y saliendo del lugar con una maleta aproximadamente a la hora en que se denunció la desaparición.
La autopsia reveló que la causa de la muerte fue asfixia, ya que el cuerpo presentaba «múltiples lesiones», especialmente en el cuello.
Perfil de la acusada y procedimiento
Dahbia Benkired nació en 1998 en Argelia y llegó a Francia en 2016 con un permiso de residencia de estudiante. En agosto de 2022, se le impuso la obligación de abandonar el territorio francés (OQTF), una medida administrativa dirigida a las personas en situación irregular. Sin embargo, esta notificación no fue entregada de manera efectiva, lo que dio lugar a críticas.
Dos peritajes psiquiátricos concluyeron que, en el momento de los hechos, no padecía ningún trastorno psíquico que hubiera anulado o alterado su discernimiento. En otras palabras, puede ser considerada penalmente responsable. La acusación se formuló por los delitos de «asesinato de una menor de 15 años acompañada o precedido de violación, tortura o actos de barbarie» y «violación de una menor con tortura o actos de barbarie». El juicio está previsto en la corte penal de París del 20 al 24 de octubre de 2025.
El punto de vista de la madre de Lola: el impacto y la reconstrucción
Delphine cuenta: «Toda mi vida se ha hecho añicos». La pérdida de su hija no fue un simple acontecimiento trágico, sino un trauma total para una familia, su trabajo y su vida cotidiana. También evoca la muerte de su marido, Johan Daviet, que falleció de un infarto en febrero de 2024, a los 49 años, una consecuencia dramática del colapso familiar tras el asesinato de Lola.
Reconoce que es sobre todo la presencia de su hijo, Thibault, lo que le permite «seguir en pie». Sin él, dice, quizá ya no estaría aquí.
Las expectativas antes del juicio
Delphine desea que se haga justicia. Espera «que el otro pague» y confía en que el juicio aporte respuestas: el «por qué» y el «cómo». Siente una profunda ira hacia la sospechosa, aunque admite que quizá no obtenga todas las respuestas que desea.
También ha decidido no solicitar que el juicio se celebre a puerta cerrada: quiere que se haga justicia en público.
Los retos judiciales, sociales e institucionales
El juicio de Dahbia Benkired es un momento clave, no solo para la familia de Lola, sino también para la justicia penal francesa. Los hechos son de una crueldad inusitada, y el caso pone de relieve los mecanismos de la investigación, el tratamiento de las pruebas y la pericia psiquiátrica.
El tribunal deberá evaluar no solo la materialidad de los hechos, sino también la personalidad de la acusada, entre manipulación, confusión o premeditación.
El debate en torno a la orden administrativa de expulsión
El caso también ha sido muy comentado en el debate público en Francia, sobre todo porque la acusada estaba sujeta a una orden administrativa de expulsión. El hecho de que la medida no se haya ejecutado correctamente ha dado lugar a críticas hacia los servicios del Estado.
Plantea cuestiones más amplias sobre las políticas de inmigración, la integración, la precariedad y la protección de los menores, todas ellas cuestiones delicadas que este caso vuelve a poner sobre la mesa.
El impacto en la memoria, la victimización y la prevención
Más allá del juicio, está la cuestión de la memoria de Lola, el acompañamiento a las familias de las víctimas, los niños en el entorno escolar y la vuelta a la vida normal después de un trauma. En noviembre de 2022 se organizó una marcha blanca en su memoria.
Este drama plantea la cuestión de la prevención: ¿cómo identificar, detectar y actuar ante perfiles peligrosos? ¿Qué lugar ocupan la protección de los menores y la atención a las víctimas de violencia y precariedad?
El caso de Lola es una tragedia en varios niveles, es la vida de una niña perdida, una familia destruida, una sociedad cuestionada. Dos años después de los hechos, su madre ofrece un testimonio conmovedor. El juicio que se avecina es tanto un momento de reparación para ella como el lugar donde la justicia deberá responder a las preguntas más graves.
Nos recuerda que detrás de los titulares y las estadísticas hay vidas destrozadas, y que la justicia, el sistema y la comunidad deben trabajar no solo para condenar a los autores, sino también para proteger, acompañar y prevenir.
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