Mary Pat Seiss trabaja como pastelera en Oakmont Bakery, en Pittsburgh, Estados Unidos. La pastelería tiene muchos clientes regulares, pero el año pasado Mary Pat recibió un pedido de un cliente muy especial.
Una niña pequeña llamada Kelly cumplía 6 años y pidieron a Mary que le hiciera un pastel de cumpleaños.
Lo que hacía la tarea todavía más especial es que Kelly estaba enferma de cáncer, una enfermedad que Mary Pat conoce demasiado bien.
Mary Pat tenía sólo 6 años cuando le diagnosticaron leucemia. Después de dos años de tratamientos el cáncer finalmente remitió, pero un año después regresó.
Pasados otros dos años, cuando cumplió 11, estaba libre de la enfermedad. Su cáncer permaneció en remisión durante 10 años, hasta la Navidad de 2009, cuando una vez más le dijeron que sufría cáncer.
La enfermedad simplemente se resistía a marcharse.
Desde entonces Mary Pat no ha dejado de luchar contra el cáncer.
Su batalla se volvió más difícil cuando sus dos hermanos se marcharon.
«Cuando uno crece se muda a menudo, vive su propia vida. Y ella todavía sigue en casa luchando, lo que es muy difícil para ella. Es muy duro ser la única que se ha quedado en casa lidiando con una enfermedad como esta», cuenta la madre de Mary Pat.
Uno de los hermanos de Mary Pat empezó a estudiar en Pittsburgh, mientras el otro, Robert, se unió al ejército y fue destinado a cientos de kilómetros de distancia en el Fuerte Bragg, en Carolina del Norte.
«Cuando me llamaron y me dijeron que se lo habían diagnosticado de nuevo… Es probablemente lo más duro que he escuchado. Estar a miles de millas de distancia y no ser capaz de hacer nada más que sentarme y escuchar el teléfono», cuenta el hermano de Robert, Mary Pat.
Un día, en la primavera de 2016, Mary Pat estaba haciendo un pastel para Kelly, la niña con cáncer.
Uno de los hermanos de Mary Pat estaba de visita en la pastelería, mientras su otro hermano, Robert, estaba a cientos de millas de distancia…o al menos eso era lo que Mary creía.
De repente, la puerta de la panadería se abrió y entró alguien inesperado.
¡Era el hermano de Mary, Robert, que estaba allí para recoger el pastel para Kelly!
Mary Pat, quien estaba detrás del contador esperando a los clientes, no podía creer lo que veían sus ojos.
¡Al menos logró ver a su amado hermano de nuevo!
El emotivo reencuentro fue organizado por la agrupación Jamie’s Dream Team, quien también regaló un viaje a Disneyland para la toda la familia.
Mira su hermoso encuentro aquí abajo:
Se me saltaban las lágrimas viendo este video. ¡Por favor, compártelo con los demás si también crees que la familia es lo más importante del mundo!