La enfermera Gwenn ha trabajado durante años en el Royal Alexandra Hospital de Canadá, en una unidad de cuidados intensivos para neonatales.
Como muchas enfermeras, desempeña su trabajo de la mejor forma que puede, sin darse cuenta del enorme impacto que su labor tiene en las vidas de cientos de familias.
Hasta que un día una de ellas, y en especial uno de sus integrantes de apenas 4 años, quiso darle las gracias.
Hace cuatro años una mujer llamada Sarah dio a luz a su bebé con tan sólo 27 semanas de gestación.
El bebé Connor fue ingresado en un ala de emergencias mientras su madre luchaba por su vida por un fallo múltiple de órganos.
Durante 65 días, la enfermera Gwenn cuidó de Connor de la mejor forma posible. Un día incluso ofreció a la madre un paquete decorado con una cinta de color que dentro contenía unas ropas que confeccionó a medida para el diminuto bebé de apenas 1 kg de peso.
Finalmente, madre y bebé sobrevivieron, pero quién sabe cómo habrían salido las cosas sin las atenciones de esta enfermera, que según los padres fue más allá de sus estrictos deberes profesionales para ayudarles.
Cuatro años después y con un Connor perfectamente sano, decidieron agradecer a la enfermera Gwenn todo su duro trabajo.
La enfermera acudió a una reunión de personal de enfermería, sin sospechar que allí le deparaba una sorpresa.
Alguien se aproximó a sus espaldas y cuando se giró, no pudo evitar que se le saltaran las lágrimas.
El pequeño Connor le ofreció un ramo de flores y un cariñoso abrazo.
La enfermera asegura que gestos así le hacen darse cuenta de la importancia que tiene su trabajo diario para muchas familias.
¡Un gran aplauso para esta enfermera y a todas las que, como ella, ejercen su importante labor desde el fondo de sus corazones!
Los hospitales, esos lugares a los que llegamos tan vulnerables, suelen ser espacios fríos donde personas como Gwenn son un bálsamo en medio de la tempestad.
Comparte esto para honrar el trabajo de enfermeras como Gwenn.