Si no estás dispuesto a ayudar o sacrificar tu tiempo por los demás, entonces no puedes esperar que los demás hagan lo mismo por tí.
Pero si le das la mano a alguien seguro que la vida te lo devolverá. Es por eso que esta historia es tan hermosa, te demuestra de una manera formidable cómo se manifiesta el karma.
Esta historia empieza a finales de octubre de 2014.
Belinda y Don Herbert conducían por Kannapolis, en Carolina del Norte, Estados Unidos, cuando vieron un mercado de pulgas frente a una iglesia.
Belinda convenció a su marido de hacer una parada rápida y esta decisión cambiaría sus vidas para siempre.
Don, quien no estaba particularmente interesado en comprar, aceptó parar a regañadientes.
Una vez ahí, como es cantante de gospel, no pudo evitar escuchar la música que procedía de la iglesia. Mientras Belinda compraba, Don entró y conoció a un pastor llamado Tim Jones.
Los dos hombres tenían intereses en común; su pasión por la música. Tim preguntó a Don si estaba interesado en unirse al coro de la iglesia y acordaron encontrarse de nuevo en el futuro.
Don y Tim intercambiaron números pero continuaron con sus vidas. Pero muy pronto las de Belinda y Don dieron un giro de 180 grados.
Don, quien durante mucho tiempo estuvo luchando contra diversas enfermedades graves, empezó a sentirse bastante mal. Le diagnosticaron un problema en el corazón que precisaba una cateterización cardíaca.
El procedimiento involucra insertar un tubo muy fino (cateter) en el sistema vascular de la persona a través de su ingle o la muñeca hasta el corazón. Pero la cirugía involucraba un serio riesgo para Don; podía dañar sus ya débiles riñones.
Por ese motivo, Don necesitaba un transplante de riñón antes de la intervención en su corazón.
Cuando explicaron a Belinda y Don que su tiempo de espera en la lista de donantes de riñón era de 3 a 5 años Belinda, desesperada, buscó ayuda en Facebook.
Ella esperaba que alguno de sus amigos estuviera dispuesto a donar un riñón para salvar la vida de Don.
«Quiero que el hombre que amo viva una larga vida. Quiero hacerme mayor con él a mi lado», escribió Belinda en Facebook.
Por su lado, Don y el pastor Tim se habían hecho amigos de Facebook recientemente.
Cuando Tim leyó el angustiado llamado de Belinda, inmediatamente respondió. Llamó a Belinda y le prometió ayudar en todo lo que le fuera posible.
«No te estoy llamando para ser un héroe o para darte una falsa esperanza, pero creo que Dios me está mostrando algo y me gustaría tratar de ayudarte de alguna manera», explicó Tim.
Lo que no sabía es que esa decisión cambiaría su propio destino.
Tim se sometió a examenes exhaustivos para ver si podía ser un potencial donante y cuando llegaron los resultados fueron satisfactorios: Tim era perfectamente compatible.
No sólo tenía el mismo grupo sanguíneo, sino que también era compatible en todos los demás parámetros. Increíblemente, las probabilidades de encontrar a un donante tan perfecto eran de 1 entre 20.000.
El 9 de marzo de 2015 ambos entraron en quirófano con el apoyo de sus familiares y amigos.
Pero poco después de inciarse el procedimiento los médicos hicieron un descubrimiento perturbador.
Mientras realizaban el transplante, los cirujanos hallaron un aneurisma, también llamado herniación, en el riñón de Tim.
Según los médicos, el aneurisma probablemente habría matado a Tim si no lo hubieran descubierto a tiempo.
Cuando Tim se despertó tras la operación, le dijeron que había salvado dos vidas ese día: tanto la de Don como la suya propia.
Tim y Don se recuperaron rápidamente y pudieron mantenerse en pie unos días depués, gracias a un excelente equipo médico.
Don también fue capaz de someterse a una cirugía de corazón, gracias al gran gesto de Tim.
Hoy los dos hombres son mejores amigos.
¿No sería magnifico que cada vez que la vida nos devuelve algo, lo hemos pagado de antemano e hizo algo bueno por alguien más?
Desafortunadamente, esto no pasa siempre. Pero aun así, algunas veces la recompensa es simplemente saber que has ayudado a alguien más.
Y quizás esto es lo que hace que esta historia sea especial. Porque el poder de una buena obra derivó de una forma poco usual.
¡Por favor, comparte la historia de Tim y Don si también quieres inspirar a otras personas!