Sergio Gallegos salva vidas y va vestido de superhéroe, pero no es un personaje de cómic, sino un médico oncólogo de Jalisco, en México. Desde hace años, se transforma a diario en Batman, Iron Man, Spider Man, Capitán América, pero también en payaso, en Chapulín Colorado, Santa Claus o lo que haga falta. No tiene ningún reparo en disfrazarse para cumplir su misión: salvar la vida de los cerca de 20 niños enfermos de cáncer que trata a lo largo del día.
Sergio Gallegos Castorena sabe muy bien lo que siente un niño con cáncer porque fue uno de ellos. Sus padres lo trataron en Estados Unidos y desde entonces se propuso convertirse en médico y asegurarse de que otros niños pudieran ver también la luz final del túnel.
Ya como practicante solía ponerse una nariz de payaso para atender a los niños, pero a partir del año 2000, año en que empezó a trabajar en el Hospital Civil de Guadalajara, su repertorio se amplió a toda clase de personajes.
Normalmente, se aconseja a los médicos mantener una distancia con sus pacientes, pero Gallegos asegura que eso “es una estupidez”, escribe Antena 3 Noticias.
Él conoce a cada uno de sus pacientes y cuando se entera de cuál es su personaje favorito se disfraza de él y pasa a la acción.
Asegura que estos atuendos le permiten romper la distancia que le da la bata blanca y arranca muchas sonrisas.
Aunque eso no es lo único que logra con su vestimenta: desde que llegó al centro, la proporción de niños que sobrevive a la leucemia pasó del 34% al 83%. No obstante, asegura que esto es resultado del esfuerzo de todo el equipo oncológico.
Pero pocos podrían pensar que su peculiar forma de tratar a los pacientes no tiene nada que ver en tan buenos resultados.
Cada año, por ejemplo, organiza el llamado “mes de las princesas”, donde llegó a hacer una colecta de hasta 1.800 vestidos de princesa que entregó a sus pacientes, quienes fueron recibidas en su consulta con alfombra roja y una rosa.
Él cree que los disfraces influyen no sólo en el bienestar de sus jóvenes pacientes sino en el de sus padres, que en medio del drama que están viviendo se sienten algo mejor al verlos un poco más felices.
En ocasiones, estos disfraces se convierten para él en escudos contra el dolor. Le ayudan a conservar algo de positividad para aliviar ese sufrimiento que siente como propio.
Y para los niños, su médico-superhéroe se convierte en la persona más poderosa del globo, porque es el que les puede devolverles la salud.
Desde luego, este médico mexicano es un ejemplo para todos los galenos del mundo.