
Un padre de Idaho que planeaba suicidarse junto con sus tres hijos es el protagonista de un horrible homicidio, tras admitir que disparó a su hija adoptiva y la vio «jadeando en busca de aire» durante 20 minutos antes de morir.
En su impactante confesión, también reveló que envolvió su cuerpo sin vida en una bandera del Orgullo LGTBI, un gesto que, según él, sería «significativo» para la adolescente fallecida, a quien quería «honrar».
El 18 de agosto, alrededor de las 4:13 p. m., la policía de Caldwell, Idaho, Estados Unidos, respondió a una escalofriante llamada de un adolescente que informó que su padre, posteriormente identificado como Delbert Cornish, de 51 años, estaba dentro de su casa armado con una pistola.
«El hijo indicó que Cornish hizo comentarios sobre disparar a un miembro de la familia e intentó impedir que escapara», informó el Departamento de Policía de Caldwell en un comunicado.
Cuando los agentes entraron en la casa, encontraron el cadáver de Hope «Onyx» Cornish, de 18 años, que era la hija adoptiva de Cornish.
«Mejor muerta»
«No voy a mentir, lo hice», dijo Cornish a los investigadores, según la declaración jurada compartida por Idaho News 6.
Durante su entrevista con la policía, el hombre dijo que estaba «cansado de vivir» y «cansado de que su hermano Steven, que compartía la casa con Cornish y sus tres hijos, Onyx y los hijos L.C. e Ian, lo menospreciaran».
El informe policial del 19 de agosto explica que el padre, alcohólico y luchando contra una depresión, supuestamente comenzó a planear el año pasado suicidarse y matar a sus hijos, quienes, según él, eran «acosados» por su hermano.
«Quería matarse él y matar a sus hijos porque creía que nadie, especialmente Steven, se haría cargo de ellos una vez que él muriera», dice la declaración jurada, y añade «que no podrían seguir adelante con sus vidas sin él. Por eso, creía que todos estarían mejor muertos».
Pero su plan de acabar con su vida y la de sus hijos se vio frustrado cuando su hijo mayor, Ian, fue enviado de nuevo a prisión por violar la libertad condicional hace solo unos meses, según informa People. Esto le dejó solo con dos hijos: Onyx y L.C., que habían llamado a la policía anteriormente.
Cuando se le preguntó qué habría pasado si su plan se hubiera ejecutado a la perfección, respondió: «Mis dos hijos estarían muertos y yo también», según la declaración jurada.
«Hoy es el día»
Según la declaración jurada, después de que Cornish se despertara la mañana del 18 de agosto, le dijo a su hermano: «Hoy [es] el día», pero no explicó qué significaba eso.
Alrededor de las 9 de la mañana, el acusado cogió una pistola y caminó por el pasillo hacia la habitación de su hija Onyx, deteniéndose justo fuera de su puerta, cerca del baño. Le dijo a la policía que estaba debatiendo qué hacer, y admitió que había considerado dispararle mientras dormía, diciendo que «sería más fácil, ¿verdad?».
Pero antes de que pudiera actuar, Onyx, que a menudo trabajaba en turnos de noche, abrió de repente la puerta, lo que lo sorprendió, según le dijo a los investigadores.
«La vi jadear en busca de aire»
Rápidamente levantó la pistola y le disparó una vez en la cabeza a la adolescente. «Durante los siguientes 20 minutos la vi jadear en busca de aire», declaró Cornish a la policía. «Soy un pedazo de mierda. No voy a mentir, lo hice».
A continuación, afirmó que la besó en la mejilla y expresó su remordimiento por haberla matado. Segundos después, también le disparó a su gato en la cabeza, diciendo que creía que «nadie lo cuidaría después de que todos estuvieran muertos», según se lee en la declaración jurada.
Antes de salir de su habitación, cubrió el cuerpo de Onyx con una gran bandera del Orgullo, algo que, según él, era «una forma de honrarla, porque era algo que significaba mucho para ella».
Después, entró en un «ataque de ira», haciendo agujeros en las paredes de la casa e incluso lanzando un hacha contra la puerta del dormitorio de su hija. Luego, escribió una confesión y una nota de suicidio, bebió bourbon y se sentó a ver la televisión hasta que L.C. regresó a casa del colegio, según el informe policial.
«Era como un padre»
«Eso no es motivo para matar a mi hija», dijo Crystal Thompson a News 19 sobre la excusa de Cornish para asesinar a su hija, a la que ella describió como «una chica fogosa». «Se supone que debemos proteger a nuestros hijos, no matarlos. Para mí, eso no es suficiente. Ni mucho menos».
Thompson, que había salido con Cornish durante varios años, explicó que, aunque «Dell no era su padre biológico», «era como un padre [y] había estado ahí desde el primer día».
«Firmó el certificado de nacimiento. Nunca, nunca pensé que no estuviéramos físicamente seguros con él», dijo la afligida madre, cuyos hijos, según se informa, vivían con Cornish para que ella pudiera cuidar mejor de su hijo menor, que tenía autismo.
«Mis hijos se van conmigo»
Pero ninguno de los niños estaba a salvo con él. Más tarde, la policía encontró la nota de suicidio en el salón de la casa, escrita por Cornish, que en ese momento se encontraba bajo custodia.
Decía: «Soy Delbert Cornish. He cometido la abominación que encontráis en ella. Mi hija Hope y mi hijo L.C. se han ido conmigo por mi propia voluntad. Nadie les ayudará si yo no estoy». Antes de firmar con su nombre, añadió: «Por la presente, renuncio a esta vida. La depresión es una p***».
También encontraron otra nota: «Soy un hombre de palabra, mis hijos murieron por mi mano. Estoy cansado de que se burlen de ellos» y «¡Me voy! Mis hijos se van conmigo».
Cornish, que durante el interrogatorio repitió varias veces a los detectives que era culpable, se enfrenta a cargos de asesinato y agresión con agravantes.
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