Expertos en psicología señalan desde hace años que las personas tardonas tienden a ser más optimistas, sobre todo a la hora de calcular el tiempo. Esto hace que estimen que tienen el suficiente para hacer sus tareas diarias y luego se dan de bruces con la realidad cuando tienen que ir a los lugares a toda prisa.
Otra investigación de la Universidad estatal de San Diego, también concluyó que la tendencia a llegar tarde tiene que ver con la tipología B de personalidad: personas relajadas, nada tercas y capaces de adaptarse a las situaciones.
Este tipo de personas no se centran en las primeras cosas, explicó Diana DeLonzor, autora de “Nunca vuelvas a llegar tarde”.
Según ella mucha gente ha llegado tarde toda su vida y para todo tipo de actividad; no importa si es una ansiada cita romántica o un evento que les resulte tedioso.
Y es que no pueden evitarlo, estas personas fueron diseñadas prácticamente para llegar tarde.
¿Y tú que opinas? ¿Serías capaz de explicarle esto a tu jefe la próxima vez que llegues tarde? ¡Comparte esto, especialmente con esos amigos tan tardones!