Nadie apareció para celebrar con él su 61 cumpleaños – entonces se levanta y pide que le escuchen

Todo lo que un hombre quería era celebrar su cumpleaños con la familia. Quería ver a todos sus hijos y nietos, comer buena comida y pasar el rato juntos hasta la noche. 

A principios de diciembre eligió celebrar su cumpleaños en un restaurante en Veracruz, México. Decoró la mesa con serpentinas, colocó sombreros de fiesta y empezó a prepararse para la gran fiesta. 

Luego se sentó en la silla y esperó y esperó...

El tiempo pasó, pero el hombre de 61 años, Eduviges Villatoro, continuó sentado solo en su silla. 

Ni un solo miembro de la familia vino a reunirse con él. Pronto otros clientes del restaurante empezaron a preguntarse qué estaba pasando

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Finalmente, Eduviges se levantó. Aclaró su garganta y pidió a los clientes que le prestaran atención anunciándo lo siguiente:

«Hoy es mi cumpleaños, tengo 61 años y estoy preparado para un festín esta noche. Compré un pastel porque se suponía que iba a reunirme aquí con mi familia para celebrar mi cumpleaños. Esperaba que mis hijos, nietos y mi esposa vinieran. Pero como pueden ver nadie apareció», dijo el hombre según una de las clientas, Patty Rodriguez, quien compartió el incidente en Facebook.

Con lágrimas en sus ojos dijo entonces:

«Es por eso que ahora pregunto si alguien quiere unirse a celebrar el cumpleaños conmigo y cantar ‘Cumpleaños feliz’. Estaría tan agradecido».

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Los extraños en el restaurante no dudaron un segundo. 

Uno por uno se levantaron y se sentaron junto a Eduviges, le abrazaron y movieron varias mesas para dar a este hombre de 61 años la fiesta que merecía.

Ninguno de los invitados había conocido jamás a Eduviges, aun así le mostraron mucha calidez y humanidad

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La amable respuesta de los clientes enseguida se visivilizó en internet. Sin embargo, el cumpleaños de Eduviges Villatoros era solo un experimento social para estudiar cómo reaccionaría la gente a una situación como esa. 

El experimento tuvo resultados que nadie esperó, demostrando que la humanidad todavía está viva y presente.

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Aunque la historia de Eduviges era parte de un experimento social, las reacciones de los invitados son completamente auténticas. Mi corazón se alegra al ver que el mundo todavía puede ser un lugar amoroso y me da renovadas esperanzas en la humanidad.

Difunde el amor que emana de esta hermosa historia con tus amigos, como un recordatorio de lo que realmente importa en la vida: amor, comunidad y humanidad.