Que la princesa Diana era una mujer de gran corazón, lo sabemos de sobra. Luchó por causas sociales, como las minas anti persona o el SIDA, pero su gran debilidad era los niños, con sus hijos a la cabeza, como es natural.
La princesa demostró su amor por sus hijos de forma pública pero también de formas que no estaban destinadas a salir a luz pero que ahora conocemos.
Diana es la prueba más hermosa de que una madre es una madre, sin importar clase social ni coronas.
La princesa Diana era una devota madre, eso todos lo sabemos. Lo que no sabemos, o no sabíamos, era hasta qué punto.
Según publica The Mirror, la cantante Patti Boulaye, amiga de la princesa, ha contado que una vez, cuando su hijo Harry estaba enfermo y hospitalizado, Diana no solo decidió dormir en hospital con su hijo, sino que durmió en el suelo de la habitación, para no tener que separarse de de su hijo Harry.
Dormir en el suelo no es algo «digno» de una princesa, pero ella insistió y, ante su inamovible decisión, el personal del hospital le buscó un colchón para que no tuviera que dormir directamente en el suelo, sería mucho más cómodo un colchón sobre el suelo.
En aquel entonces Harry tenía 3 años y Diana era un jovencísima princesa de 26 años.
Esto demuestra, por si alguien lo dudaba, el enorme corazón que tenía esta mujer. Su desaparición fue una enorme pena para medio mundo, pero sobre todo para sus hijos, quienes perdieron de forma prematura a una gran y bellísima madre en todos los sentidos.
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