Los piercings no son necesariamente peligrosos, pero sí pueden serlo si no se hacen con todas las medidas higiénicas necesarias.
Cuando perforamos nuestro cuerpo estamos atravesando una barrera protectora y creando una puerta de entrada para un sinfín de microbios, algunos potencialmente letales.
Y si no se tiene cuidado, puede dar lugar a lo que le sucedió recientemente a un adolescente de 14 años de la ciudad de Santa Fe, en Argentina.
El joven falleció siete días después de colocarse un piercing en el hospital de Niños Orlando Alassia.
Según los médicos, a través del piercing que se colocó en el lóbulo de la oreja se introdujo un germen estafilococo que más tarde se situó en la cadera y desde donde se desató una infección por todo su cuerpo.
Los médicos dicen que estos casos son raros, pero demuestran que colocarse un piercing no es un procedimiento que debe tomarse a la ligera y que debe realizarse con las condiciones higiénicas adecuadas.
Así que por favor, hay que tener conciencia. Si tu hijo adolescente quiere hacerse un piercing a toda costa, asegúrate de informarle de los peligros que conlleva.
Y si de todas formas insiste en seguir adelante, a veces más que prohibir, es mejor evitar que termine haciéndole el piercing un amigo con una aguja dudósamente desinfectada.
Asegúrate de que acude a un centro especializado con todas las condiciones necesarias.
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