Según los expertos la fatiga crónica afecta a personas fuertes y que se preocupan por los demás.

Yo me siento siempre cansada, aunque haya dormido 8 o incluso 9 horas. Y he notado que mis amigos y familiares no están tan cansados aunque tengan rutinas parecidas a las mías: el trabajo, la casa... Muchas veces creo que no me creen cuando les digo que no quiero hacer cosas, como salir a cenar, porque estoy muy cansada. La verdad, comenzaba a sospechar que no era normal, que algo que me pasaba. Cuando encontré esta información lo entendí todo, lo que a mí me ocurre tiene un nombre: fatiga crónica. El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad que pueden padecer personas que han sufrido estrés prologando u otros tipos de estrés, por ejemplo el provocado por exceso de trabajo o situaciones complicadas en la vida privada. Seguro que a la mayoría os suena familiar. Muchos conoceréis a personas que lo hayan padecido o incluso puede que lo sufráis vosotros mismos, como me ocurre a mí. Lamentablemente el síndrome de fatiga crónica no siempre se toma tan en serio como se debería. Incluso hay muchos que piensan que se trata de una enfermedad inventada, que no es real. Sin embargo es muy real y afecta especialmente a personas muy exigentes consigo mismas, preocupadas por estar a la altura y lograr un alto rendimiento, tanto en la vida profesional como privada. Kurera.se ha hablado con la experta en estrés Karin Isberg, quien cuenta lo que este agotamiento realmente conlleva. Isberg describe el síndrome de fatiga crónica en los siguientes 5 puntos:

1. La fatiga crónica afecta a personas fuertes

Según Karin Isberg este estado general de cansancio afecta, especialmente, a personas fuertes, con “muchos recursos” y que muestran un alto rendimiento. Son personas que se exigen mucho a sí mismas y que perciben esta misma presión desde el exterior. “Hay que ser una persona fuerte para exigirse tanto a uno mismo durante tanto tiempo”, cuenta Karin isberg a Kurera.se. Según la investigadora de neurología Agneta Sandström el cansancio crónica afecta, normalmente, a personas con trabajos cualificados y estudios, escribe Promas.se.

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2. El cansancio crónico afecta a personas que se preocupan por los demás

Karin Isberg dice que las personas de buen corazón que piensan mucho en otros suelen ser más propensas a padecer fatiga crónica. Son personas que creen que es egoísta centrarse sólo en sí mismos y tienden a descuidar sus propias necesidades. Isberg compara esta conducta con conducir sin pensar.

3. La fatiga crónica afecta a las personas a las que les resulta difícil decir no.

A las personas que piensan más en otros que en ellas mismas y se exigen mucho a sí mismas les resulta difícil decir no, pero si uno siempre dice que no, no tiene tiempo ni energía para todo. “Agotan sus recursos internos”, dice Karin Isberg a Kurera.se.

4. El síndrome de fatiga crónica no es lo mismo que la depresión

Aunque la fatiga crónica y la depresión son parecidas, en realidad hay diferencias significativas. Mientras que las personas con depresión se dan por vencidas, las personas con fatiga crónica tienden a sentirse frustradas y enfadadas con la vida, según Karin Isberg. Agneta Sandström cuenta a Promas.se que las personas con fatiga crónica se diferencian clínicamente de las personas con depresión. Algunos de los que padecen fatiga crónica pueden acabar padeciendo depresión, pero en absoluto todos.

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5. La forma de salir de la fatiga crónica es centrarse en uno mismo

Si te centras en tu propio bienestar, haces cosas que te gustan y que te hacen feliz, tu energía aumenta. Otra buena práctica es poner límites, decir no, y atreverse a pedir ayuda, según Karin Isberg. También es fundamental dormir bien, cuenta Agneta Sandström.

La fatiga crónica es algo que hay que tomar en serio. Comparte esta información, quizá a algunos de tus amigos les sea tan útil como a mí me resultó.

 

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