Quienes no la conocen asumen que Jo, de 35 años, está embarazada de nueve meses y a punto de dar a luz.
En el autobús los pasajeros siempre ofrecen a esta británica un asiento y le preguntan de cuántos meses están.
¿El único problema? Jo no está embarazada.
La barriga de Jo es en realidad el resultado de su alcoholismo. Tras trabajar varios años en un bar, Jo empezó a beber cada vez más.
Durante cinco años llegó a beber hasta 3 botellas de vino al día. Su adicción le provocó una cirrosis en el hígado.
El tejido cicatrizal sustituyó al tejido sano de su hígado y ahora retiene una gran cantidad de líquido en su abdomen, tobillos, piernas y pies.
Cada tres semanas Jo tiene que visitar el hospital para que le extraigan hasta 23 litros de fluido de su cuerpo. Es un procedimiento doloroso que incluye agujas y tubos de plástico que son insertados en su cuerpo.
Afortunadamente, Jo ha logrado mantenerse sobria, no obstante el daño a su hígado ya está hecho y es permanente.
Por favor, comparte la historia de Jo entre tus amigos de Facebook. Quizás ayude a concienciar a todo el mundo sobre los peligros del alcohol antes de que sea demasiado tarde.