Jono Lancaster es un joven inglés que nació con un síndrome conocido como Treacher Collins. Esta enfermedad genética, que se da entre 1 de cada 50.000 nacimientos provoca deformidades craneofaciales como la falta de pómulos.
Esta malformación se puede dar de forma genética o espontánea y genera en quien lo sufre muchas inseguridades.
A Jono le llevó 20 años aceptar su apariencia. Pero una vez lo superó, no sólo se limitó a vivir una nueva vida plena, sino que volcó todo su esfuerzo en ayudar a otros niños que están pasando por lo mismo que sufrió él.
Jono nació en el Reino Unido en 1985, pero no se veía como el resto de bebés.
Tenía el síndrome de Treacher Collins, un desorden congénito raro que hizo que sus huesos faciales se desarrollaran de forma asimétrica.
Fue demasiado para los padres de Jono, que lo abandonaron por su apariencia.
«Cuando nací mis padres quedaron en shock. Estaba fuera del hospital 36 horas después de nacer. Los servicios sociales encontraron alguien para cuidarme. Mi cuidadora fue una mujer llamada Jane», explicó Jono en la Nord Conference en 2015.
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Bullying y falta de comprensión
Los primeros años de Jono estuvieron marcados por el bullying y la falta de comprensión del mundo exterior.
«Sentía que estaba solo y que era el único en el mundo que era como yo. La gente tiene suerte y gana la lotería o se convierten en futbolistas profesionales, médicos, abogados y yo pensaba: ‘¿Por qué tengo que verme así?», dijo Jono en una entrevista con Adelaide Now.
El síndrome de Treacher Collins no afecta a la inteligencia del niño de ninguna manera, pero la única cosa que importaba a los acosadores de Jono era su apariencia.
Jono rechazó rendirse y dejar que sus acosadores ganaran, a su lado estaba una mujer maravillosa.
La mamá adoptiva de Jono, Jean, trató de reunirlo con sus padres biológicos, pero después de que devolvieran sus cartas durante cinco años decidió tomar otro paso: adoptó a Jono el 18 de mayo de 1990.
«¡Así que tengo dos cumpleaños!», solía decir a otros niños que mi mamá fue al hospital y miró a todos los bebés y me eligió, mientras sus padres sólo podían elegirles a ellos», dijo Jono en la Nord Conference de 2015.
Ayudar a los demás
Con amor y cuidados de Jean, y su propio espíritu fuerte, Jono decidió ser un instrumento del bien y usar su experiencia para ayudar a otros.
Ahora, con 30 años, Jono dedica su vida a ayudar a otros en el mundo con su mismo síndrome.
Conoce a niños, les da apoyo y esperanza y habla con sus padres sobre su situación
Compartió su tiempo con ellos para enseñarles a luchar contra esta enfermedad y a sentirse más seguros de sí mismos.
Cuenta que el deseo de emprender estos viajes por todo el mundo en busca de niños con este síndrome, le viene de su infancia.
Dice que cuando era joven nunca logró cumplir su sueño de conocer a alguien “parecido a él», alguien “con un trabajo, una pareja, que dijera ‘eres capaz de esto’”.
Demostrar a estos niños que se puede llevar una vida normal con esta enfermedad le llevó a iniciar este inspirador proyecto.
El objetivo de Jono es eliminar también los prejuicios en torno a esta enfermedad.
Es un emotivo trabajo social que de seguro arroja un rayo de esperanza en el espíritu de estos niños.
Un gran aplauso para este joven de 30 años, que no sólo ha logrado superar con creces las barreras que le imponía su enfermedad, sino que además está ayudando a tantos otros niños a no sentirse solos, a no sentirse menos que los demás.
Nadie debe ser juzgado, intimidado o discriminado por su apariencia. Por favor, no olvides compartir la labor de este maravilloso joven con tus amigos y familiares.