La evaluación de calidad y valor de diamantes normalmente se hace usando las cuatro C del inglés: Clarity, Color, Cut y Carat (Claridad, Color, Corte y Quilate).
Todos estos aspectos es importante tenerlos en cuenta antes de comprar un anillo de diamante.
Algunos dicen también que hay una quinta C con la misma importancia: Cost (Coste).
Sin duda, el precio es un detalle de gran importancia al comprar un anillo de diamantes – pero para nada era un aspecto que esta mujer de Londres tenía en mente cuando encontró una ganga en un mercado de segunda mano.
Fue en un mercado de segunda mando cerca de Middlesex Hospital, en la década de los 80, cuando esta mujer por casualidad encontró unos artículos que le llamaron la atención.
Los artículos se veían un poco desgastadas y viejos, pero le gustó mucho un anillo.
La mujer quiere mantener su anonimato y sólo podemos contar que vive en Londres. En aquel momento pensó que había conseguido una ganga al comprar “un anillo de cristal” por muy poco dinero.
Pero no sabía que la ganga era de totalmente otro nivel.
La mujer llevaba el anillo cada día sin saber su valor verdadero, escribe el periódico británico The Telegraph.
30 años después de la compra quiso averiguar su valor y llevó el anillo a un joyero local. La respuesta dejó a todo el mundo boquiabierto.
”El anillo de cristal” resultó ser un anillo de diamante de 26.27 quilates, Adivina el valor… 400.000 euros (aproximadamente unos 450.000 dólares americanos).
Durante más de 30 años, esta mujer había llevado una fortuna en la mano a diario.
Según los expertos, esta piedra es muy antigua, se estima que fue procesada en el siglo XIX, en un tiempo que solían pulir los diamantes de otra manera. Hoy en día pensamos que los diamantes brillan mucho, pero este diamante ocultó su brillo verdadero durante años, «engañándo» a todos.
El anillo fue vendido en la subasta de Sotheby el 7 de junio.
Creían que la joya iba a venderse por casi 400 000 euros, pero al final se vendió en casi el doble – 700.000 euros (más de 700.000 dólares americanos).
Así que la próxima vez que creas que tu caja de joyas merece una limpieza, echa un extra vistazo, porque tal vez haya un tesoro oculto y olvidado que vale una fortuna.
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