Un hombre estaba caminado por la playa cuando descubrió un pulpo que estaba luchando por su vida en la arena.
Probablemente había quedado atrapado ahí cuando la marea se regresara. El hombre no lo dudo un segundo y empezó a ayudar al animal.
Tomó un recipiente de plástico limpio, lo llenó con agua del mar y con cuidado metió al pulpo ahí.
Luego con mucho cuidado llevó al pulpo al mar.
Se quedó ahí mirando como el pulpo empezaba a asimilarse a su hábito natural, muy agradecido de haber sobrevivido.
Empezó a respirar y moverse y parpadear con sus grandes ojos.
La historia pudo haber terminado ahí, pero fue lo que ocurrió después que me conmovió mucho.
Buscó los pies del hombre
El pulpo extendió sus tentáculos, se deslizó sobre el fondo arenoso del agua poco profunda y después se arrastró hasta llegar a los pies del hombre.
Luego puso dos de sus tentáculos en el zapato del hombre, casi como si quisiera decirle «gracias por salvar mi vida.»
¡Libertad!
Por fin se echó hacia el mar, hacia la libertad. Mira este fantástico rescate aquí abajo:
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¡Todas las personas que ayudan a los animales se merecen nuestro respeto!
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