En todo el mundo hay más de mil millones de personas que viven con una discapacidad. En algunos países, los niños discapacitados son tratados como “bichos raros”, se les niega la oportunidad de ir a la escuela, mueren en instituciones sucias y algunos sufren graves abusos.
Rustam es uno de estos niños, que a causa de varias enfermedades que alteraron su apariencia, fue abandonado por sus padres biológicos siendo un bebé.
Y justo cuando estaba a punto de mudarse a una institución para niños con discapacidad, sucedió un gran milagro…
Hasta 2006, no existía ningún sistema que brindara protección a las personas que vivían con discapacidad. Ese año, las Naciones Unidas implementaron un tratado internacional que finalmente protege a los adultos y niños discapacitados, quienes en algunos países eran abandonados, golpeados o enjaulados.
Rustam fue uno de esos niños que fue descartado inmediatamente después de su nacimiento y abandonado en el hospital debido a su apariencia.
El adorable pequeño nació con “varias malformaciones”, que modificaron su rostro y lo dejaron sin pierna y con solo parte de una cadera. Durante los primeros dos años de su vida, lo alimentaron a través de un tubo y, durante los dos años siguientes, los médicos «literalmente le recogieron la cara pieza por pieza».
Pero nadie quería adoptar o acoger a Rustam, nacido en Rusia, que todavía necesitaba varios procedimientos para llevar una vida sana.
En 2017, la bondadosa Nika Zlobin, que quería acoger o adoptar a un niño, se topó con la fotografía de Rustam, de cuatro años.
“Había un agujero en lugar de una cara”, recuerda la mujer de Moscú cuando vio su foto.
Después de expresar interés en el pequeño, ella y su esposo, Yuri, recibieron una lista de lo que Rustam necesitaba: logopedia, cirugía plástica y una prótesis de pierna.
La mujer dijo (traducido a español): “Lo leí, pensé – bueno, todo tiene solución. ¿Por qué no hacemos eso también?
Su primer encuentro con el niño fue mejor de lo esperado. «Cuando llegamos Yuri y yo, nos trajeron a Rustam a la sala de juegos». Nika continúa: “Estaba preparada para muchas cosas, pensé que estaría en pañales, pero cuando lo conocí, parecía un niño prodigio. Honestamente, me sorprendió”.
Nika y Yuri llegaron en el momento perfecto, justo cuando Rustam, que usaba gestos para hablar, se preparaba para ser trasladado a una “casa de discapacitados”.
“Y en un hogar para discapacitados, no habría sobrevivido”, dijo Nika, añadiendo que el viaje habría sido un billete de ida sin vuelta.
La pareja rellenó rápidamente los documentos, metió a Rustam y lo llevaron a su nuevo hogar en Moscú.
“Sé que a muchos padres adoptivos les preocupa si podrán amar al hijo de otra persona como si fuera propio. No pensé en eso”, dijo Nika, y agregó que es tan disciplinada con él como con su hija biológica, Iya.
Los padres tampoco lo tratan de manera diferente y esperan que el niño trabaje con ellos en sus terapias.
De hecho, a pesar de las protestas de Rustam, ella le enseñó a caminar y le ayudó a que se moviera por el apartamento con muletas.
“Rus protestó, lloró, exigió que lo llevaran en brazos… mostró [su] carácter. Pero luego se puso manos a la obra y muy rápidamente caminó a toda velocidad”, dijo.
‘Que raro’
Desde que Rustam se unió a la familia, Nika está creando conciencia y defendiendo los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad.
Pero la gente todavía aprovecha cualquier oportunidad para atacar al joven, llamándolo bicho raro.
“Una mujer me escribió: ‘llamemos a las cosas por sus nombre, monstruo…’”, recuerda Nika de un mensaje. «O a menudo escriben: ‘¿Cómo decidiste hacer esto? No podríamos vivir al lado de un monstruo así'».
A esos comentarios, Nika responde con cariño: “No sé, tal vez alguien quiera mirar siempre lo bello. Para mí es más importante que Rustam tenga todo el mundo dentro”.
Aunque ha aprendido a ser insensible, Nika admite que los ataques pueden ser dolorosos. “[A la gente] le gusta poner etiquetas… si no te pareces a los demás. Mucha maldad, mucha”.
A pesar de los comentarios crueles, la mamá y el papá de Rustam apoyan a su hijo, asegurándose de que sepa “que todo estaba bien para él: dos ojos, una nariz, una boca. Pronto habrá dos piernas. Él ve, oye, habla”.
Y el niño, que ahora tiene unos 10 años, confía en su “brillo y coraje”, peinándose el cabello (coletas y rastas alegres) y usando ropa atrevida para expresar su colorida personalidad.
“Rusia piensa de manera muy amplia y abierta, llegando a veces a conclusiones paradójicas. Así que fue fácil para mí convencerlo de que experimentara con audacia”, dice Nika sobre su hijo. “Rustam no hace ninguna pregunta sobre su apariencia. Repite con gusto que toda su familia es hermosa y él es muy guapo”.
Desafortunadamente, el Instagram de Nika ha sido eliminado, por lo que ya no podemos seguir los movimientos de baile y el increíble cabello de Rustam.
Anteriormente dijo: “Si mi cuenta se bloquea repentinamente, probablemente me sentiré mejor porque no veré a docenas de enemigos comentando sobre mi hijo”.
Es muy triste que la gente tenga que decirle cosas tan crueles a una hermosa pareja que le dio el mundo a un niño indefenso.
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