Hay algo demasiado satisfactorio en desentrañar un enigma, sobre todo si tiene la forma de una foto. Aunque el viaje hasta descubrir la respuesta puede parecer a veces una trampa, los acertijos son sobre todo divertidos: una aventura mental, impulsados por la búsqueda de la comprensión.
En esta historia, te mostraremos una imagen y tendrás que averiguar qué le falta. ¿Estás preparado para el reto en el que fracasa la mayoría de la gente?
Piensa en los acertijos como un ejercicio para tu mente. Cuando te enfrentas a una adivinanza, tu cerebro se pone en modo resolución de problemas, lo que te anima a pensar de forma crítica y a abordar las preguntas desde distintos ángulos.
Estos aeróbicos mentales requieren disciplina, concentración, control emocional y capacidad para abordar los problemas. “Desarrollar y reforzar estas habilidades es bueno para nuestro cerebro y puede ayudarnos en otras situaciones”, escribe Readers Digest, añadiendo que la vida en general podría beneficiarse de una mayor concentración y capacidad para resolver problemas.
¿Y lo mejor? No parecen deberes aburridos. Es como hacer un rompecabezas divertido o jugar a un juego: es un reto, claro, pero en el buen sentido.
¿Qué hace falta?
Fíjate en esta imagen, en la que seis personas viajan en un bus.
Tres mujeres, entre ellas una anciana y una futura madre, van de pie mientras tres hombres van sentados, sin darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor.
¿Qué es lo que falta? Tómate unos instantes antes de responder.
Lo que dicen los demás
Al intentar resolver el enigma en la red, algunos internautas han dado su opinión sobre lo que falta en la foto.
”Respeto”, empieza un usuario. Que se siente la señora mayor y embarazada. Y la otra señora también. [Si yo estuviera allí, obligaría a los hombres a levantarse. No pedir, hacer.”
Un segundo ciberaficionado dice que faltan “modales”: “las mujeres mayores y la señora embarazada [están] de pie [mientras] los jóvenes se sientan y disfrutan del viaje.”
Un tercero sugiere que es “sentido común de la generación masculine.” Escribe: “A mis 74 años, cedería mi asiento a una persona mayor o a una mujer embarazada. O a una persona con alguna discapacidad
Y otro añade: ”Falta masculinidad”.
¿Qué falta? La caballerosidad.
Tanto si se trata de abrir la puerta a alguien como ofrecer una palabra amable o simplemente tratar a la gente con respeto, la caballerosidad parece un arte perdido hoy en día. Un pequeño esfuerzo por ser amable y considerado puede contribuir en gran medida a que el mundo (y tus interacciones cotidianas) sean un poco más brillantes.
Así que volvamos a la caballerosidad con un pequeño gesto cada vez. ¿Quién se apunta?
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