
Una influencer británica afirma haberse gastado más de 85.000 dólares en corregir una intervención estética fallida después de que sus implantes de glúteos se le cayeran literalmente tras una sesión de gimnasio.
Chelsea Robinson, de 29 años, había viajado a la República Dominicana en 2019 para someterse a una cirugía de aumento de glúteos, creyendo que era el mejor lugar para la intervención. Pero su sueño de tener una figura más curvilínea se convirtió rápidamente en una pesadilla.
En el programa Olivia Attwood: The Price of Perfection, de la cadena británica ITV, Chelsea recordó el momento en que todo salió mal. «Fui al gimnasio poco después de volver. Estaba haciendo sentadillas cuando, de repente, sentí un hormigueo en la pierna… y noté que algo salía», explicó. «Mi implante estaba colgando».
Más tarde, Chelsea descubrió que el implante se había desplazado por debajo del músculo, lo que requirió una cirugía correctiva urgente que le costó más de 85.000 dólares. «Si hubiera sabido todos los detalles, nunca me habría puesto los implantes en los glúteos. Ha sido la peor experiencia de mi vida, no ha merecido la pena», le dijo a Attwood. «Ha sido horrible».
A pesar de la traumática experiencia, la influencer y modelo de lencería afirma que no ha renunciado por completo a la cirugía estética. En la última década, se ha sometido a cuatro operaciones de aumento de pecho (la primera a los 18 años) y ha gastado algo menos de 10.000 dólares solo en su pecho.

Impulsada por la intensa competencia en el mundo del modelaje, Chelsea admite que buscaba resultados cada vez más dramáticos. «Me metí en el modelaje de lencería, pero sentía que no podía competir. Tenía una copa A. No tenía pechos ni trasero. Quería parecerme a todas las demás».
Sus últimos implantes mamarios pesaban casi 1 kg cada uno. En total, calcula que ha gastado más de 135.000 dólares en cirugías estéticas a lo largo de 11 años.

Al mirar fotos antiguas durante la entrevista, Chelsea se emocionó. «Estoy muy fea ahí», dijo. «No tengo forma. Ni pechos, ni trasero».
Reflexionando sobre su trayectoria, admitió que el atractivo de la cirugía estética puede ser difícil de resistir. «Siempre hay algo más que necesitas o deseas, algo que podría hacerte parecer mejor. Es casi como una descarga de adrenalina. Y siento que eso es lo que acabas persiguiendo».
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