Un desconocido le dio algo que anuló su voluntad. Ahora advierte sobre los peligros de la burundanga.

Pasó de ser una leyenda urbana a una realidad en los servicios de urgencias de muchos hospitales: una persona llega al hospital desorientada, con una fuerte resaca, amnesia y asegurando que alguien le borró la voluntad utilizando algún tipo de droga, usualmente abusaron de ellos o les robaron impunemente. 

Victoria fue una de esas personas, andaba de compras por Madrid cuando se sentó en el suelo de la plaza de Oriente para escuchar a un músico callejero. De repente se le acerca un desconocido, pero a ella no le da buena espina y trata de ignorarlo, según cuenta el periódico español El País. 

Asegura que entonces el hombre la cogió del cuello y la apretó sin que ella pudiera soltarse... Más tarde lo único que recuerda es que el hombre estaba en su habitación violándola y golpeándola.

 

 

 

 

Victoria fue después al hospital, donde le hablaron de la burundanga, una sustancia que produce desinhibición, anula la voluntad y genera amnesia y de la que ya se había reportado su uso en países como Colombia.

Israel Gutiérrez, una mujer de 51 años con enanismo, fue acusado de hacerse pasar por chamán para ganarse la confianza de sus víctimas, a quienes drogaba con la llamada “burundanga”. Cerca de una treintena de mujeres la denunciaron por antes y después abusos similares después de la detención de Gutiérrez en 2012.

Por lo visto, se está empleando mayormente con personas ancianas para robarles el dinero o con mujeres para abusar sexualmente de ellas.

Normalmente, esta droga se suministra dentro de bebidas o con cremas hidratantes. Algunos dicen que se inocula también a través del contacto cutáneo, con la entrega de folletos u otros documentos. No obstante, la policía y los médicos no están seguros de que se pueda suministrar a través de este último método.

Los síntomas de una intoxicación con burundanga, afirman, son amnesia completa o parcial, resaca desproporcionada, desinhibición, paralisis sin pérdida de conocimiento, agitación o alucinaciones, pérdida de conocimiento, alteración del juicio, mareo o vértigo, confusión y comportamiento inusual.

Este tipo de casos son difíciles de detectar, apuntan los expertos, porque la sustancia desaparece de la sangre en 6 horas y de orina en tan sólo 12. Además, las víctimas suelen no denunciar por vergüenza.

Si se dan estos signos recomiendan acudir al hospital o denunciar en comisaría si por algún motivo a la persona no le cuadran los hechos en las últimas horas, no se acuerda de nada o se siente extraño.

Es espantoso que ocurran abusos como estos y lo peor es que las autoridades todavía lo tienen difícil para perseguir este tipo de casos. Además, suelen no encontrarse evidencias científicas para apoyar el caso porque se deben realizar exámenes muy específicos.

 Por favor, difunde esta noticia para concienciar a los demás sobre este peligro y evitar que más personas sean víctimas de estas personas malintencionadas.

 

 
 

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