¡Esta historia me conmovió profundamente! Aunque es increíblemente triste también tiene un importante mensaje. Si conoces a alguien que no crea en los sentimientos de los animales, por favor comparte esta historia con ellos, les ayudará a cambiar de idea.
El incidente, que tuvo lugar en Lincolnshire, Inglaterra, ciertamente demuestra que los animales pueden sentir tanto como los seres humanos.
Todo empezó cuando Paul Skinner notó algo gris en una cuneta cuando montaba en bicicleta con un amigo. Al principio pensó que era un pájaro muerto, pero cuando se acercó vio que se movía y que se trataba de un perro abandonado.
El perro estaba colocado encima de una bolsa de plástico; lo olisqueaba y lo lamía. Paul detuvo su bicicleta y se acercó al perro. Miró alrededor para ver si había alguna persona cerca, pero el perro estaba solo. Solo estaba el perro solitario y la bolsa.
Finalmente, Paul se inclinó sobre la bolsa para ver lo que había dentro.
«La bolsa contenía cuatro cachorros muertos, era descorazonador. Ella tenía lágrimas en sus ojos, no podía creer que alguien fuera tan inhumano como para hacer algo así», dijo Paul al diario británico, Metro.
Paul contactó a la policía, que rápidamente llamó a los servicios de protección de animales y refugios locales. Cuando llegaron al lugar, se llevaron a la madre y trataron de revivir a los cachorros, pero era demasiado tarde.
El veterinario que examinó al perto cree que los cachorros nacieron ese mismo día y que habían estado vivos. Quizás estaban vivos cuando los colocaron en la bolsa y los tiraron a la cuneta con su madre.
«No sabemos si los cachorros nacieron muertos o si murieron debido al frío», dijo la policía, añadiendo que: «nos gustaría agradecer al ciclista que encontró al perro y dio la alarma».
La mamá perro fue bautizada como Carly y está siendo cuidada en un refugio, donde nunca jamás será maltratada.
Estoy feliz de que Carly fuera rescatada, pero realmente desearía que sus cachorritos hubieran sobrevivido. La mamá perro no quiso dejarles, incluso cuando ya no estaban vivos. Su rápida reacción realmente demuestra que el amor de una mamá perro es tan grande como el de una mamá humana.
¡Deseo que Carly tenga una larga y feliz vida, y quizás más cachorritos en un futuro!