Los policías no sólo tienen que vivir situaciones complicadas y tienen que trabajar cuando la mayoría estamos descansando, sino que a veces tienen que aguantar insultos y abucheos por hacer su trabajo.
Afortunadamente hay muchas más personas que aprecian el trabajo de los agentes, especialmente después de grandes accidentes, incidentes o catástrofes, cuando estos profesionales lo dan todo por nosotros.
Pero los policías también hacen muchas cosas importantes en su día a día que muchas veces pasan desapercibidas.
La historia de Klynn Scales y el policía Jeff Colvin es un maravillos ejemplo.
Klynn Scales no tuvo una infancia precisamente segura ni feliz. Creció en un hogar con drogas y violencia.
Había días en que tenía que robar comida para alimentar a sus dos hermanos.
Cuando tenía 9 años Klynn conoció a un policía que se dio cuenta de la situación.
El policía pasada cerca de su casa todos los días y la saludaba. La pequeña lo saludaba con la mano y con una sonrisa en la cara, desde su ventana.
”En todos esos días grises me aportaba un poco de luz pensar que él estaba ahí para nosotros», cuenta Klynn al canal de noticias WGN, y continúa:
”Yo pensaba que siempre nos protegería, era algo que me decía a mí misma para sobrellevar los peores momentos de mi infancia».
Incluso aunque ni siquiera supiera su hombre, Klynn sentía que ese policía de la calle era la única persona en la que podía confiar.
En esos momento no se podía imaginar hasta qué punto iba a ser una realidad.
Un día el policía se dio cuenta de que Klynn no estaba en su lugar habitual, desde donde siempre lo saludaba.
Sintió que algo no iba bien, y su instinto lo llevó a ir a la casa de la niña.
El policía se quedó en shock cuando abrió la puerta y se encontró a la chica muy enferma.
La casa estaba completamente vacía, no había nadie más.
Tomó a la niña y llevó rápidamente al hospital, donde fue tratada por desnutrición.
Klynn perdió el contacto con su salvador cuando, al salir del hospital, dejó su casa de Cansas City, donde vívía, para encontar un hogar mejor.
Unos años después, Jeff Colvin recibió un email de una chica. Fue el principio de un encuentro muy emocional.
Klynn se había propuesto encontrar a su héroe para darle las gracias. Y lo logró. Casi 20 años más tarde.
¡Todos los ‘me gusta’ del mundo para este gran policía que, saliendo incluso de sus responsabilidades, salvó la vida de una niña!