El instinto maternal es igual de grande en los humanos que en los animales, da igual que sean perros, gatos, aves o delfines.
Pero cuando este granjero entró al establo, vio una de las gallinas estaba dando calor a unos recién nacidos con su cuerpo caliente.
Pero una cosa era diferente, no eran pollitos.
Las gallinas son animales interesantes, antes de que nazcan los pollitos, empollan para mantener los huevos calientes con su cuerpo.
Y siguen dándoles calor aun después de haber nacido, cuando los pollitos todavía son frágiles y pequeños.
Cuando este campesino entró al establo, vio a una gallina acostada calentaba algo debajo de su cuerpo, primero no vio nada raro en ello, pero al acercarse vio algo muy diferente, no eran pollitos los que recibían su calor.
Resulta que eran los nuevos gatitos de una de las gatas de la granja, la gallina había sentido la llamado del instinto maternal y se había colocado con cuidado encima de los gatitos para mantenerlos calientes.
Y la gata – la madre de los gatitos – tampoco tardó en aprovechar para dar un poco de calor y amor.
¡Tan dulces los gatitos!, y me parece muy bonito cuando les sale el instinto maternal – muestra lo hermoso del reino animal, cuando todos tienen el mismo valor, independientemente de la cantidad de patas, o que tengan pico u hocico.
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