La mayoría de los perros son muy fieles a sus dueños, y siempre los siguen, no importa donde vayan.
Antes hemos escrito sobre perros que le han salvado la vida a sus dueños después de haberse enfermado, o perros que no han dejado las tumbas de sus dueños después de que murieran.
Pero nunca he escuchado que un gato hiciera algo parecido.
Keli Keningau Prayitno, de 28 años, vive en la isla Java en Indonesia. Y un día cuando visitó el cementerio escuchó un ruido raro. Cuando se acrecó vio que una gata estaba acostada en la tumba.
La gata ni tenía agua ni comida, así que Keil supuso que la gata no tenía dueño y vivía en el cementerio, así que decidió buscarle comida.
El próximo día escuchó el mismo ruido otra vez, la gat estaba en la misma tumba, lejos de la comida que ni había tocado.
Cuando se acercó un poco más vio que la gata parecía haber sido abandonada.
El tercer día Keli se pudo acercar más a la gata y la pudo acaricar. Como le daba tanto pesar del gato decidió adoptarlo y se la llevó a la casa.
Pero el próximo día la gata estaba desaparecida. Keli fue al cementerio y ahí encontró a la gata, en el mismo sitio de siempre.
Keli otra vez trató de llevarse a la gatita a la casa, pero era imposible hacerla quedarse allí.
A Keli le causó mucha curiosidad y empezó a averiguar de quién era la gata.
Desúes de un poco de investigación Kari se enteró de todo. La tumba donde la gatita iba todos los días era de su dueño que había muerto. La gata había vivido en su tumba durante un año, escribe Express.
Todos los días la gata iba donde los hijos del dueño, donde le daban comida y agua. Luego regresaba a la tumba para que su dueño no tuviera que estar solo.
¡Considera compartir esto si te parece que est es una prueba de amor verdadero!
