Beryl de 8 meses no es una vaca cualquiera, creció junto con dos cachorros y juega con ellos como si fueran sus hermanos, además tiene una vida un poco diferente a otras vacas. Beryl es un miembro muy amada de la familia.
La madre de Beryl se murió cuando Beryl sólo tenía dos días de nacida, el agricultor Sally Webster decidió salvar a la pequeña vaca y la llevó a su casa. El primer tiempo la dejó vivir en su propia casa y la alimentaron con ayuda de un tetero. Pero cuando había crecido un poco más tuvo que mudarse de la casa.
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Con el tiempo Beryl se volvió un miembro muy amado de la familia y ha tenido una vida cómoda con su nueva familia, pero hace poco su nueva madre humana Sally quedó muy sorprendida cuando volvió a casa después de hacer compras.
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Beryl había logrado entrar a la casa y se había acomodado sobre la alfombra en la sala, esperando a que volviera su familia.
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Sally cuenta que Beryl es una dama muy educada, no había desordenado la casa, simplemente había forzado la puerta para entrar, para esperar a su familia.
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No es extraño que a Beryl le guste estar en casa, pasó sus primeros siete meses juntos con la familia dentro de la casa, así que ahora aprovecha cada oportunidad para volver a entrar.
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Pero creo que en realidad Beryl entiende que debería estar afuera.
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Beryl ama los momentos acogedores con su familia, sobre todo con los perros Fred y Wilma, con quienes ha crecido.
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E igual a un perro le encanta cuando la miman.
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Beryl reconoce las voces de sus padres y viene cuando la llaman.
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¡En verdad Beryl vive la vida de un sueño! Forma parte de la familia y no tiene que temer que algún día le sacrifiquen.
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