Las bromas de rubias pueden ser un clásico, pero nunca dejan de sorprender. Cuando esta joven y rubia profesora de educación física intentó animar a un alumno aparentemente tímido, se encontró con una divertida confusión que podría haber salido directamente de una comedia. Algunos malentendidos son demasiado divertidos, y este es un ejemplo perfecto de por qué los chistes de rubias nos hacen reír.
Una joven rubia consiguió un trabajo como profesora de educación física para un grupo de chicos de 16 años. Mientras supervisaba a los alumnos que jugaban al fútbol en el campo, se fijó en un chico que estaba solo en el extremo más alejado del grupo.
Sintiendo simpatía por el chico, se acercó a él.
“Hola, ¿todo bien?”, preguntó amablemente la profesora.
El niño asintió. Al percibir su renuencia a unirse al juego, lo animó diciendo:
“Puedes ir y divertirte con los demás, ¿sabes?”.
Para su sorpresa, el niño negó con la cabeza.
“Creo que es mejor que me quede aquí”, respondió.
La maestra insistió: “¿Y por qué, cariño?”.
El niño la miró confundido y dijo: “¡Porque soy el portero!”.
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BONUS: BROMA DE RUBIAS N.° 1
Un gerente de unos grandes almacenes tenía la tarea de contratar a alguien para cubrir una vacante. Después de revisar muchos currículums, encontró cuatro personas que estaban igual de bien calificadas. Decidió llamar a las cuatro mujeres y hacerles una sola pregunta. Su respuesta determinaría cuál de ellas conseguiría el trabajo.
Llegó el día y las cuatro mujeres estaban sentadas alrededor de la mesa de la sala de conferencias. El ambiente era tenso y competitivo, pero aun así lograron mantener una relación amistosa entre ellas.
El entrevistador preguntó: “A ver, ¿qué es lo más rápido que se te ocurre?”
-“¡Un pensamiento! Simplemente te viene a la cabeza. Sin previo aviso, simplemente sucede, así de simple”, respondió la primera mujer.
Chasqueó los dedos de forma demostrativa, contenta con su rápida respuesta.
-“¡Eso es muy bueno!”, respondió el entrevistador. “Y a ver ¿qué es lo más rápido que se te ocurre?”, le preguntó a la segunda mujer.
-“Hmmm, veamos… ¡Un parpadeo! Viene y se va tan rápido que ni siquiera te das cuenta de que está sucediendo. Un parpadeo es lo más rápido que conozco”.
-“¡Excelente!”, dijo el entrevistador. “El parpadeo de un ojo, ese es un cliché muy popular para la velocidad”.
Respuesta inesperada
Luego se volvió hacia la tercera mujer, que estaba considerando su respuesta cuidadosamente. “Bueno, en el rancho de mi padre, sales de la casa y en la pared hay un interruptor de luz. Cuando lo accionas, al otro lado del terreno, la luz del granero se enciende en menos de un instante. Sí, encender una luz es lo más rápido que se me ocurre”.
El entrevistador quedó muy impresionado con la tercera respuesta y pensó que había encontrado a la persona adecuada para el trabajo. “Es cierto, es difícil superar la velocidad de la luz”, dijo.
El entrevistador se volvió entonces hacia la cuarta candidata, que era una rubia de 19 años, y le planteó la misma pregunta. Ella respondió: “Después de escuchar las tres respuestas anteriores, para mí es obvio que lo más rápido es la diarrea”.
“¡¿QUÉ?!”, exclamó el entrevistador, atónito por su respuesta, con la boca abierta. “Ah, claro”, dijo la rubia, “verá, el otro día no me sentía muy bien y corrí al baño. Pero antes de que pudiera pensar, parpadear o encender la luz, ¡ya me había cagado en los pantalones!”.
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BONUS: BROMA DE RUBIAS #2
Una rubia de 18 años provoca el caos en un avión: el piloto le susurra 6 palabras que la hacen callar al instante.
Un avión comercial está volando hacia Chicago. Una de las azafatas le pide a una joven y bella rubia, que estaba sentada en un asiento libre en primera clase, que vuelva a su asiento en clase económica. “Solo has pagado por la clase económica”, le dice la azafata.
“Soy rubia, soy bella”
La joven de 18 años, segura de sí misma, responde: “¡Soy rubia, soy bella, soy sexy, voy a Chicago y no me muevo de este asiento!”. La azafata se lo pide unas cuantas veces más, pero finalmente se da por vencida. Entonces le pide ayuda al copiloto, pero él recibe la misma respuesta de la chica: “¡Soy rubia, soy bella, soy sexy, voy a Chicago y no me muevo de este asiento! ¡Deja de molestarme!
Luego el copiloto regresa a la cabina y le pregunta al capitán qué hacer.
“¿Qué aspecto tienen?”, pregunta el capitán.
“Una rubia, probablemente ni siquiera tiene veinte años todavía”.
“Me encargaré de esto”, responde el capitán. “Estoy casado con una rubia. Hablo rubio”.
Vuelve a primera clase, se inclina junto a la mujer y le susurra suavemente al oído.
Todos sorprendidos
Luego ella se apresura a regresar a su asiento en clase económica y se sienta con los brazos cruzados mientras murmura algo.
“¿Por qué no dijeron eso desde el principio…?”
La azafata y el copiloto quedan impactados, así que le preguntan al capitán qué le dijo.
Respuesta del capitán:
“Le dije que la primera clase no va a Chicago”.
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