”No estudiamos para tener buenas notas, sino aprender para la vida”. ¿Tal vez alguna vez has oído algo parecido?
Un profesor de la facultad de medicina entró una vez a la clase y sorprendió a todos sus alumnos con un examen previamente no anunciado.
El profesor era un hombre pragmático y quería enseñarles a de todo sus alumnos, no sólo sobre medicina, sino también sobre la vida.
Cuando los alumnos vieron el examen, la mayoría comenzó a suspirar, pero el alumno más dedicado comenzó a trabajar duro en silencio.
Cuando llegó a la última pregunta, “Cómo se llama la mujer que limpia este edificio?”, se rio suponiendo que era una broma.
No contestó la pregunta, sino que entregó el examen al profesor y salió de la sala, creía que la última pregunta igual no valía ningún punto.
Sabía que la reconocería si la viera, pero nunca había oído su nombre.
Cuando el próximo alumno llegó a la última pregunta, alzó la mirada al profesor y preguntó:
”No das puntos por la última pregunta, ¿verdad?”
Miró al alumno y contestó tranquilamente: por supuesto que también doy puntos por la última pregunta.
Sabéis, durante vuestras vidas vais a ver a muchas personas, todas son importantes y de gran valor de diferentes maneras, todo el mundo merece ser reconocido con un saludo o una sonrisa, independientemente de lo que haga.
Los alumnos iban a recordar tanto el examen como al profesor.
La respuesta correcta era ”Mariana”.
Es un recordatorio de gran valor.
Todas las personas merecen ser vistas, puede ser que muchos no tengan un trabajo tan espectacular, pero no significa que no estén trabajando duro y de gran valor y que nuestras vidas serían más duras si aquellas personas no existieran.
Es una excelente razón para que todo el mundo deba tratarse con respeto mutuo.
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