Algunas historias son tan extrañas e increíbles que muchas veces uno se pregunta si serán verdad.
La historia de estos 4 chicos es una de ellas, pero es real cien por cien.
Podría haber sido una historia de ira y frustración, de discordia y separación familiar, pero en lugar de eso, se ha convertido en una historia de amor y tolerancia de 4 chicos que se reencontraron, sin conocerse.
Jorge y Carlos son gemelos pero no pueden ser más diferentes.
Jorge es delgado y siempre está de bueno humor. Carlos, su hermano, es más corpulento y no habla mucho.
Los dos fueron a una buena escuela de Bogota, la capital de Colombia. Los hermanos consiguieron trabajos como ingenieros, después de haber estudiado en la universidad.
Aparentemente vivía una vida perfecta. Jóvenes, con trabajos bien pagados y toda la vida por delante.
Pero el destino les jugaría una mala pasada, sin su consentimiento.
Un día una compañera de trabajo pasó por delante del puesto de trabajo de Jorge. Miró a su compañero y se quedó sorprendida y confundida a la vez.
La chica, unas horas antes ese mismo día, se había hecho una foto con el carnicero de su barrio. Ella miró a Jorge y luego miró la foto de su teléfono.
El carnicero tenía exactamente la misma cara que Jorge.
«Mira esto, Jorge, ¡es tu gemelo!», le dijo a Jorge mientras le mostraba la foto, según cuenta New York Post.
Jorge se rió con ganas y le dijo a su compañera:
”Yo tengo, he hecho, un gemelo, pero no éste no es él».
Pero cuando Jorge miró la foto con atención, se quedó descondertado. El hombre de la foto se parecía muchísimo a él.
¿Y con qué frecuencia se ve uno en la cara de otro?
Jorge le enseñó la foto a un amigo.
”Os parecéis mucho”, comentó el amigo.
Jorge no pudo evitar investigar por internet y pronto encontró la página de Facebook del carnicero. Su doble se llamaba William.
Cuando Jorge comenzó a mirar las fotos de William en Facebook, se quedó sin respiración.
Era un shock ver a alguien que se parece tanto a uno mismo. Pero Jorge descubrió otra cosa extraña, William también tenía un hermano gemelo, y éste era igual que su propio gemelo, Carlos.
Jorge enseñó las fotos a su hermano Carlos y, despacio pero con seguridad, comenzaron a entender lo que debía de haber pasado.
Los médicos tendrían que haberlos confundido y cambiado en el hospital.
Y este pensamiento cobró más sentido cuando Carlos y Jorge descubrieron que sus dobles habían nacido el mismo día y en el mismo hospital que ellos.
Jorge tenía claro que era el hijo de sus padres biológicos ya que se parecía mucho a su madre y su hermana.
Pero Carlos sintió que definitivamente no encajaba en la familia.
El presunto cambio en el hospital llegó como un golpe duro para Carlos.
Los hermanos decidieron entonces contactar con sus hermanos gemelos biológicos.
Sus dobles, William y Willber, eran carniceros en el mismo mercado de la zona, y accedieron a realizar el encuentro.
Cuando por fin se encontraron, no podían dejar de mirarse fijamente los unos a los otros. El parecido era desconcertante.
Los cuatro vieron que había algo que no estaba bien.
Los médicos también se quedaron atónitos, no entendían cómo había podido producir tal confusión.
Después del encuentro, todos tuvieron más claro que el agua que querían conocerse mejor los cuatro, para recuperar el tiempo perdido.
Los cuatro han comprado viviendas cercanas para poder pasar tiempo juntos, los cuatro. Las familias suelen venir de visita y todos pasan mucho tiempo juntos.
Una historia como ésta es digna de una película, pero es muy real.
Y que los cuatro pudiesen encontrarse en una ciudad grande como Bogotá es un milagro.
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